La cita del PP era este domingo en Málaga en los Baños del Carmen. Se trataba de un 3 x1 de optimización preelectoral. En un solo acto despachaban tres impactos. Por un lado presentaban oficialmente al legendario Francisco de la Torre como candidato a la alcaldía de Málaga. Ninguna novedad en el acto pues ya es la enésima vez que lo presentan. De la Torre lleva tantos años en la Casona del Parque (sede del ayuntamiento) que ya se confunde con el altorrelieve de la fachada donde se representa una “matrona” de Palma García, símbolo de la ciudad. Al alcalde de Málaga le eligieron para presentar su candidatura un antiguo Balneario de el de los Baños del Carmen, un precioso símbolo y paraje de la ciudad pero también emblema paradigmático de los inconclusos proyectos y asignaturas pendientes de los 25 años de De la Torre en el Consistorio.

Pablo Casado, “El Temido” en Málaga


Por otro venía el líder supremo, Pablo Casado “El Temido” en Málaga, territorio con Denominación de Origen “Sorayista”. Temido por la  guadaña que esgrimió en la confección de las listas autonómicas y que ahora, con nueva hoja afilada, ha servido para rebañar la candidatura imponiendo desde Madrid a un fichaje estrella y mediático, Pablo Montesinos. Y, según los rumores que hoy circulaban en el antiguo Balneario sede del acto, la cuchilla parece que está perfilando aun más las listas al Congreso y al Senado.

Y tercer impacto en el mismo enclave y hora, el debut como mitinero del periodista star Pablo Montesinos y su presentación en sociedad, en la Society de Affiliates of the Party Popular from Málaga. Porque en realidad el acto iba de esto, de ver al famoso periodista cabeza de lista aterrizar en la que va a ser su circunscripción rodeado de los líderes nacionales, regionales y provinciales junto a unos 600 afiliados, crème de la crème del PP provincial. Lleno y “multitudinario” sí, pero seiscientos aproximadamente porque ese es el aforo completo frente a los 1.200 que dice la organización. El morbo estaba instalado por ver la reacción de afiliados cualificados, cuadros orgánicos locales y cargos públicos provinciales, algunos molestos por lo que consideran una imposición casadista al centro neurálgico del sorayismo andaluz, el PP malagueño. Entre los congregados la delegada provincial de la Consejería de Educación que dirige Ciudadanos y cuyo responsables es Javier Imbroda. Todo un detalle.

El cabeza de lista al Congreso, Pablo Montesinos, ha sido el objeto de todas los focos y ojos, mediáticos y humanos, y no ha salido mal del trago. Con una intervención algo nerviosa y mitad emotiva, no ha quedado mal.

Pablo Casado en Málaga

Los lapsus de Moreno Bonilla


No era e día de Moreno Bonilla. El presidente del PP andaluz tuvo varios lapsus en su intervención. Uno al presentar  al alcalde y candidato, Paco de la Torre, como  “Pablo, una de las grandes figuras políticas que ha pasado por Málaga, Andalucía y España”, un error verbal comprensible si has interiorizado previamente que Pablo Casado el “Temido” en Málaga, es quien preside el acto y que otro Pablo, el fichaje estrella del casadismo, el Montesinos periodista,  es el objeto del protagonismo y curiosidad de los allí presentes. El otro, repetido en dos ocasiones, en la parte central de su intervención y en la despedida, cuando ha dicho que “estas elecciones, las del 27 de Abril” son trascendentales. Alguien de su equipo deberá ponerle por escrito que las elecciones generales serán el 28 de abril y las municipales el 26 de mayo, pero ninguna, un día 27. 



El juego de Moreno Bonilla de preguntas y coros al público


Pero la parte más interesante de su alocución la protagonizó cuando decidió ser interactivo con el público. Con el subidón por lo alto se dirigió al respetable y voz en grito le preguntó: “¿Si Sánchez gana pactará con Puigdemont?”!! a lo que la gente asentía colectivamente con un “Síiiií”!! y a continuación Bonilla no pasa palabra y repregunta “¿Y eso sería bueno para España?”!! y el grupo de los Baños del Carmen contesta “Noooooo”!!. Luego en un salto cualitativo en la dificultad del test volvía a preguntar el presidente de la Junta ¡¡“¿pactaría el PSOE con los independentistas?!!” y el conjunto de asistentes al espectáculo contestaba ¡Siiiií!!! Y eso un Moreno Bonilla montado en la ola del anterior “síiií” volvía a la carga “cargada” de didactismo y recuestionaba: ¡“¿Y eso sería bueno para Españaaaa?”!! y el respetable lo negaba con un inequívoco ¡Noooo!!. Y así sucesivamente hasta tres dudas cartesianas más coreadas al unísono. Alegría colectiva y coral.

 

Y llegó la hora, Pablo Montesinos “superstar” habla


Pablo Montesinos, en su debut mitinero ha estado políticamente correcto, educado como es él y con un tono muy dirigido a la militancia que puede que le haya creído cuando les ha confesado que ha dado el paso a la política porque "en los momentos difíciles hay que dar un paso adelante y yo lo he querido dar". Hoy no era el día para la caza del voto, era el de integrarse en familia y no aparecer como un paraca impuesto por Génova. Era el día de la Familia, la del PP y solo faltó finalizarlo con una paella de marisco, unos espetos y vino de Cómpeta. Para meterse a la gente en el bolsillo nada mejor que comenzar con loas al tótem, al alcalde Francisco de la Torre que es a quien de verdad quiere la familia del PP malagueño. Los demás son ramificaciones de tercera generación, apparatchik y profesionales de la política. Y así ha sido. Montesinos comenzó con buen pie poniendo como ejemplo al alcalde candidato y con cierto tono de disciplina castrense le ha dicho: “Estoy a tus órdenes”. Y a cuento de lo militar seguro que el candidato se hará visible en el desfile de los legionarios de Mena en esta inminente Semana Santa malagueña. Ya el año pasado quien escribe lo comprobó personalmente.

 

La melena al viento de Montesinos


Un elemento simpático ha sido que durante la intervención del presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, ha afirmado en varias ocasiones que “soplan vientos de cambio en Andalucía y España que no los para nadie”. Y es que el viento sobre la bahía ha sido protagonista del acto. Un viento y una fuerte brisa que ha traído loco a Pablo Montesinos, cuya poblada melena iba de izquierda a derecha y de flequillo central a diestra durante todo el acto. Una pelea entre cabellera y periodista candidato que seguramente servirá para que durante la campaña recorte su melena o la fije y de esplendor con alguna gomina común en la familia popular.


 “Viva Venezuela libre”


Pablo Casado ha pasado sin pena ni gloria. Por un lado porque hoy era el día de otro Pablo y por otro porque ha estado templado, no ha dicho ninguna barbaridad ni cometido ningún desliz a los que nos tiene habituados. Ha planteado las próximas elecciones  como una especie de plebiscito entre el separatismo y el PP. “Las elecciones más importantes en cuarenta años de democracia” ha dicho. Luego, ya puestos en aquello de los plebiscitos, ha saludado a la comunidad venezolana, y antichavista por supuesto, al grito de “Viva Venezuela libre”.

 
Y la conclusión final, el “paraperiodismo” de Shafer


Montesinos no es el primer caso de que periodistas conocidos terminan fichados por el poder y ceden a los cantos de sirena de la política. Ahí están los casos de Irene Lozano, Ximo Puig, Juan Carlos Girauta, Rosa María Artal, Pilar Rahola, Marta Rivera de la Cruz,  Luis Herrero, Antonio Baños Uxue Barcos o el mismísimo Carles Puigdemont y los recientes fichajes del PP Cayetana Álvarez de Toledo o este del que hablamos, Pablo Montesinos. Daniel Cohn Bendit (Dani “el Rojo”) o Boris Johnson ex alcalde. El poder ofrece un atractivo que puede terminar domando a la crítica pluma o fagocitando danto el paso a la profesionalización política. Nada que objetar pues por algo existe la denominada “erótica del poder” y la carne, ya se sabe, incluso la de los periodistas, es débil.  Jack Shafer, el periodista estadounidense acuñó el término “paraperiodismo”, que lo aplica a periodistas que defienden las ideas de un partido y no las propias. En Málaga y hasta mayo seremos testigos si el caso de Montesinos es un caso de “paraperiodismo” o de vocación de servicio. Al tiempo.