Si estamos otra vez de campaña, es porque la anterior edición ha sido un fiasco. Y si seguimos por los mismos derroteros será otro fiasco. No veo, examen de conciencia, ni propósito de la enmienda. El Partido Popular no hizo nada en la anterior edición, con la idea puesta en el dicho de a ver si, “a rio revuelto ganancia de pescadores”. Y por los cuatro días que llevamos sigue en su mismo camino: no hacer nada en cuanto a propuestas, echarle la culpa a los demás, autodenominarse el único gobierno serio, y esconder que han sumido al país en desigualdad y corrupción.

¿Podemos? No puedo decir que “más de lo mismo” porque este Pablo Iglesias es impredecible. Dice la misma cosa y la contraria con un desparpajo que alucina. No ha querido pactar cuando era la hora de pactar, y ahora en campaña, cuando lo que esperamos es ver su programa, se dedica a pactar. Llegó a la política para refrescarla con aires nuevos y utiliza los tacticismos más que nadie. Ha llegado al mundo de la caspa, y en la primera etapa, se ha convertido en el campeón. Empiezo a darles la razón a los que han venido diciendo que, políticamente, no es fiable.

Y vamos con Pedro Sánchez, vamos con el PSOE; quienes por cierto, no están exentos de culpa. No tiene ni punto de comparación con los dos casos anteriores, sería falso e injusto aplicarles aquello de que todos son iguales, no, pero también falta examen de conciencia y propósito de la enmienda. Como socialdemócrata convencido, en este mes y medio voy a hacer campaña en favor de socialismo. Convencido de que es la mejor fórmula para enmendar la situación presente. Y ¿quién es su representante más genuino? El PSOE… o debería serlo.

Pedro Sánchez y el PSOE, deben olvidarse de los demás; a estas alturas de la película todos sabemos lo que dan de sí cada uno; solo mencionarlos en legítima defensa, cuando digan alguna falsa barbaridad, que las van a decir. El PSOE tiene que distinguirse por enseñar ideología y actitud. Dedicarse a mostrar su mochila, cargada de progresismo en España, poner encima de la mesa los errores que le han llevado a perder cinco millones de votos, y exponer con mensajes claros, y valientes, lo que toca hacer ahora. Seguiremos. Hasta la semana que viene.