El proceso de reconstrucción de la izquierda a la izquierda del PSOE será largo y, a primera vista, complejo. El correctivo “sin matices” que sufrió Sumar en las elecciones europeas y que se ha cobrado la vida -orgánica- de su ya exlíder, Yolanda Díaz, abre un nuevo tiempo para un espacio que vivió su época de mayor de esplendor bajo el predominio del morado. Un color que sigue sin mezclar con el magenta. Podemos emprendió su camino y no parece dispuesto a volver. Observa ahora los toros desde la barrera. Con la tranquilidad y la confianza que le reportan los 500.000 votos cosechados por Irene Montero el 9J, contempla la guerra civil desatada en la plataforma de la designada heredera por Pablo Iglesias.
La lectura de los resultados es uno de los pocos puntos en común que mantienen las fuerzas cobijadas en el paraguas de Sumar. Un resultado nefasto, sin paliativos. Sin matices. Desde Compromís, pasando por Izquierda Unida, Más Madrid o la propia estructura matriz, la conclusión troncal del 9 de junio es evidente, a la par que palmaria. Como también coinciden en abordar la crisis con un análisis exhaustivo de los motivos por los cuáles sólo 11.000 votos le separan de la agrupación de Alvise Pérez, Se Acabó la Fiesta. Asunción de unos malos resultados que tiene su consecuencia en la salida en la salida de la coordinación de la vicepresidenta segunda del Gobierno. “Es la prueba del reconocimiento”, proclamaba este martes el portavoz del Grupo Plurinacional en el Congreso, Íñigo Errejón, antes de que Díaz sorprendiera desde Suiza al matizar que seguirá en la Ejecutiva.
Hasta aquí, todo marcha con relativo orden y concierto. El problema radica en las reivindicaciones particulares de las diferentes sensibilidades en el espectro magenta, quienes en público avalan la apertura de un proceso de “diálogo” y “reflexión” que desemboque en una resignificación y reorientación del proyecto. Sin embargo, el reparto de pesos es una amenaza para la futura reconstrucción del espacio a la izquierda del PSOE. Los tres parlamentarios se antojan escasos, habida cuenta de la ardua confección de la candidatura para el Parlamento Europeo, que ya levantó ampollas en fuerzas como Izquierda Unida o Compromís.
Fórmulas "creativas"
En estas 48 transcurridas desde la votación, emergían voces, tanto desde dentro como desde sectores mediáticos próximos a la plataforma, que sugerían la renuncia de uno de los tres europarlamentarios. En este supuesto, correría el escalafón y ese escaño pasaría a ser propiedad de Izquierda Unida, uno de los engranajes principales de la fuerza magenta en términos de territorialidad y arraigo. Incluso el flamante coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, barruntaba la posibilidad de explorar “fórmulas creativas” para que la histórica formación estuviese presente en Estrasburgo.
Asunto por abordar, de manera “reposada” y “fraternal”, en el seno de Sumar. Siempre, eso sí, desde el “diálogo y la reflexión”. Pero la reivindicación de IU ahí queda, haciendo valer el peso de su historia. Para ello, o bien Jaume Asens (cuota Comunes y número dos de la candidatura) o bien Vicent Marzà (de Compromís) deberían renunciar a su asiento en el Parlamento Europeo. Sólo de esta manera, el candidato de IU Manuel Pineda, integraría la delegación magenta y calmaría unas aguas que ya de por sí bajaban revueltas en la coalición.
Esta “fórmula creativa”, sin embargo, la rechazan taxativamente en Compromís. La formación regional justifica que la papeleta magenta ha recibido un porcentaje de votos muy superior a la media en la tres provincias de la Comunidad Valenciana. La delegación valenciana en la Carrera de San Jerónimo recuerda que el 9J aglutinaron aproximadamente un 8% de los sufragios, situándose por encima de la media de 5 puntos cosechada en el resto del territorio español.
En un ejercicio de política ficción, de hecho, explican que si estos apoyos se trasladan a unas generales hubiesen conseguido del orden de cinco o seis parlamentarios. El rechazo, sin embargo, no implica una formación a la fórmula. Incluso se abren a explorarla, pero siempre y cuando se respete su tercer candidato. “Es una buena idea, pero no pasará con nosotros”, verbalizaban en privado algunos diputados en el Congreso.
Horizontalidad y autonomía
Más allá del juego de equilibrios parlamentario, desde ciertos sectores detectan la “falta de horizontalidad” como una de las causas de la debacle. Desde Más Madrid y Compromís apelan a la convocatoria urgente de la denominada Mesa de la Coalición para afrontar la puesta en común de debilidades del proyecto y, al mismo tiempo, reclamar mayor presencia en la toma de decisiones. Al menos en el plano electoral para los madrileños, dado que, como puntualizaba Rita Maestre, la formación regionalista no forma parte de la estructura orgánica de la plataforma.
A través de una carta del equipo coordinador de Más Madrid a la que ha tenido acceso ElPlural.com, amén de constatar la desazón por el resultado electoral y urgir a una resignificación del espacio, consideran “fallida” la estrategia de no contar con la opinión de la amalgama de partidos que conforman la plataforma. Por ello, tras mostrarse dispuestos a mantener la cooperación, apuestan por una etapa en la que prime el “municipalismo” y el “arraigo territorial” como catalizadores de la maquinaria magenta en el futuro.
La reivindicación de Más Madrid la hacen suya en reductos de Izquierda Unida y Compromís, aunque con matices. Si bien todos ellos se abren a abundar en su cooperación con la matriz, los valencianos apuestan por afrontarlo desde la “horizontalidad”. Es decir, un trato de “igual a igual” que blinde su “autonomía e independencia” con respecto a las fuerzas de carácter estatal, apelando a la “estricta obediencia valenciana”. En este sentido, en consonancia con la formación que lidera Rita Maestre, se desligan de la reestructuración orgánica y orientan sus intereses exclusivamente al plano electoral.
Sumar pide tiempo
Roma no se construyó en un día, pero ardió en una noche. Probablemente este sea el refrán más fidedigno para resumir la historia de Sumar. De un proceso de escucha eterno, a un descenso a los infiernos inmediato. Está por ver si vuelve a resurgir de sus propias cenizas o engrosa el cementerio de elefantes de la izquierda. En la plataforma magenta ya trabajan en pos de la reconstrucción de un espacio en ruinas, pero piden prudencia y paciencia durante una etapa que se antoja lenta.
Resortes de Sumar asumen que la debacle y la dimisión de Díaz constituyen la primera parada en una nueva etapa de “conversación y diálogo” entre las formaciones que se abordará de manera “fraternal”. Errejón se refería así en rueda de prensa a la nueva vida de un proyecto en la UCI, remarcando que el problema de la marca magenta no es endémico sino que responde a una tendencia en todo Occidente. “Tenemos que darnos un tiempo definido. Sin prisa, pero con fecha. Es momento para la reorganización y la relación con nuestros socios”, comentaba un diputado del Grupo Plurinacional en privado.
Estas mismas fuentes magentas creen que el calendario ahora juega a su favor. Tras abandonar la vorágine electoral que se inició en febrero en Galicia y que ha concluido este pasado 9 de junio con las europeas, es el momento de retomar la actividad parlamentaria. Desde la formación urgían al PSOE a desperezarse para sacar al Gobierno de la parálisis y legislar con vistas a los problemas de la gente. “Vivienda y más vivienda”, apuntaban voces del Grupo Plurinacional, que instaban a Moncloa a mover ficha dado el ancho margen que le concede el paraguas gubernamental.
La reestructuración comenzará este jueves en Sumar, aunque ya fuentes del partido ya han avanzado que no se esperan grandes anuncios en la reunión del Grupo Coordinador. “Hay mucho por replantearse”, justifican desde la plataforma. Estas mismas fuentes creen que la izquierda a la izquierda del PSOE ha vivido “de las rentas de hace diez años”, cuando Podemos asaltó los cielos. Mucho ha cambiado el espacio desde entonces. De hecho, consideran que el 23 de julio ganaron tiempo ante el tsunami ultra que ya consumía a Europa.
En cualquier caso, la prioridad de Sumar no pasa por la elección de un líder con efecto inmediato. De ahí que el cónclave magenta del jueves se presente como un etapa inicial del Tourmalet que deberán escalar en los próximos meses. Lo harán, a priori, bajo el manto de la “interinidad orgánica”, lo cual no impide que la Ejecutiva continúe “a pleno rendimiento”. “Simplemente decidirán el proceder en este periodo”, apuntan desde el partido. Eso sí, con el “diálogo y la reflexión” por bandera.
¿Diálogo con Podemos?
La postura dialogante de Sumar tiene sus líneas rojas y esas son las delimitadas por los partidos que “han querido estar” al amparo de la plataforma. Es decir, portazo a una reunificación total del espacio a la izquierda del PSOE que incluya a Podemos. Cabe señalar que los morados tampoco están por la labor de volver al redil del que salieron el pasado 5 de diciembre. Diputados de la formación que dirige Ione Belarra se han encargado de taponar los rumores que apuntaran en dicha dirección.
En público, el coportavoz parlamentario de Podemos, Javier Sánchez Serna, evidenciaba que la ruptura con Sumar es irrevocable. La dimisión de Díaz no altera la hoja de ruta de los morados, que ya decidieron “pasar página”. Con los resultados electorales en la mano, desde la órbita de Podemos lucen musculatura y reivindican su agenda propia en el marco de la izquierda transformadora. Tal es así que incluso apuntan en privado que la plataforma magenta “no tiene mucho sentido” sin la vicepresidenta segunda del Gobierno. No obstante, evitan pronunciarse sobre cualquier decisión orgánica de otros proyectos políticos.
Síguenos en Whatsapp y recibe las noticias destacadas y las historias más interesantes