Lola Peña es la esposa de Pedro Romero, el tesorero del PP en Alicante con Eduardo Zaplana al estilo de Bárcenas, y será a partir de ahora una de las diputadas de Carlos Mazón en las Cortes Valencianas. Se quedó a las puertas de ser elegida pero ahora, sin embargo, va a tomar posesión del escaño en septiembre. Ya ha registrado su acta en las Cortes Valencianas.  Durante los últimos veinte años, la pareja ha formado parte del decorado del PP, siempre al lado de los afines a Eduardo Zaplana. Lola Peña en puestos orgánicos y como asesora en instituciones como el Ayuntamiento de Alicante y Pedro Romero con cargos bajo mandato de Zaplana y sus dos herederos. Joaquín Ripoll primero y Carlos Mazón después. Tanto Zaplana como Ripoll han terminado su carrera política encausados en procedimientos por corrupción, pendientes en los dos casos de juicio.

Durante la etapa en la que Pedro Romero fue tesorero con Zaplana -el Luis Bárcenas del ex presidente de la Generalitat y ex ministro-, compaginó ese puesto clave en el entramado del partido con la portavocía del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Alicante. Periodista de profesión y natural de Lorca, Romero se concentró siempre en la política cultural en Alicante junto a su control de las finanzas del PP. Posteriormente, cuando el alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, se pasó a las huestes de Francisco Camps, Pedro Romero fue repescado como diputado provincial en Alicante por Joaquín Ripoll, primer heredero de Zaplana, y lo colocó de cunero por la pequeña localidad de La Torre de les Maçanes para que pudiera sentarse en un escaño de la Diputación de los años 2007 a 2011. Como se recordará, Ripoll acabó su mandato detenido en su despacho de la Diputación por el presunto amaño de los planes de basuras de la Vega Baja dentro de la operación Brugal. Mazón ya era diputado en aquella corporación provincial como responsable de la adjudicación de obras municipales. Fue la época en la que el ahora presidente de la Generalitat también acabó imputado dentro de la operación Brugal por un sumario vinculado a la recaudación de fondos para el Hércules CF.

El veterano tesorero del PP estuvo fuera de escena hasta que Mazón volvió a la Diputación en 2019. En 2021, de hecho, Pedro Romero fue nombrado por el ahora President de la Generalitat patrono de la Fundación Auditorio de la Diputación de Alicante. La propuesta partió del propio Mazón, después que se produjera una vacante en esa entidad. Ahora, además, coloca a su mujer Lola Peña como diputada en las Cortes Valencianas con un salario que, entre unas cosas y otras, llegará a los 60.000 euros anuales durante los próximos años. Es decir, el veterano responsable de las finanzas del PP ha ocupado cargos en la administración con los tres principales dirigentes del zaplanismo en el PP. 

La vinculación de Lola Peña y Pedro Romero con Zaplana, y por extensión con Mazón, el hijo político del que fuera el primer presidente de la Generalitat Valenciana con el PP, es total y absoluta. Hasta el punto de que la nueva diputada autonómica y el veterano tesorero del PP aparecen en el sumario del caso Erial, el caso de corrupción por el que está pendiente de juicio Eduardo Zaplana. Pedro Romero y Lola Peña, como acredita el sumario, estuvieron en alguno de los viajes por yate pagados por la trama entre 2005 y 2010 con dinero de empresas vinculadas a la familia Cotino. Cruceros a los que acudían otros destacados zaplanistas como Macarena Montesinos, número uno del PP por Alicante en las últimas elecciones generales del 23 de julio y madrina política de Mazón.

¿Qué le debe el zaplanismo y Mazón a este hombre para copar cargos y recibir prebendas? Esa es la gran pregunta…

"¿Qué sabrá este hombre para que su partido lo respalde en bloque cada vez que hace una de las suyas?", se pregunta la portavoz de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Alicante, Camino Remiro, donde Pedro Romero (59 años), concejal de Cultura y portavoz del PP, manda más que el alcalde, cobra más que el alcalde y conspira más que el alcalde. Sabe mucho. Sobre todo de cuentas, de las cuentas del PP. Aprendió en Alianza Popular y luego, cuando Eduardo Zaplana presidía el partido en Alicante, fue su tesorero provincial. Hizo algunas migas con Naseiro, 'las justas', dice un compañero del PP.

Salvo ahora, que también, ha sido más conflictivo para su partido que para la oposición. Su entrada al gobierno municipal, en 1995, fue memorable: rompió la disciplina de voto en el primer punto importante del primer pleno del mandato. Una constructora, Comylsa, estaba en el centro de aquel acuerdo plenario. El alcalde, Luis Díaz Alperi, palideció cuando Romero levantó la mano con los socialistas, previa reunión secreta con el ex alcalde del PSPV Ángel Luna, entonces al frente de la oposición.

El PP premió la indisciplina y envalentonado centró su punto de mira en la entonces concejal de Urbanismo y portavoz, Maribel Díez de la Lastra. La torpedeó con declaraciones de esta guisa: 'De la Lastra es un tapón en el Ayuntamiento'. La situación no admitía ni una vuelta más de tuerca y Zaplana inmoló a De la Lastra, eso sí, como un caballero: la envió a las Cortes Generales.

Entonces Díaz Alperi vio la luz. El alcalde había declarado su intención de asumir personalmente el área de Urbanismo, pero Zaplana no quiso que un promotor de viviendas embargado trazara las rayas del urbanismo local, al menos a la luz del día. Con Maribel Díez fuera del Ayuntamiento el tapón se descorchó. Y de la botella salió un puñado de promotores ansiosos por completar el suelo urbanizable.

Romero seguía en la gresca. Se quitó de enmedio al concejal que más dinero público manejaba, Enrique Montalvo, y logró, ya en este mandato, el ascenso a la portavocía después de que un juez le archivara el sobreprecio que supuestamente ofreció a un amigo por el alquiler de un local. Ahora que acaba de estrenar despacho y juega al pádel se ha metido en otro berenjenal. Le han cogido en lo que él llama un 'error administrativo' (el pago de precios inflados a empresas a las que contrata, siempre las mismas), y se le acusa de comprar esculturas sin tasación oficial, a su libre albedrío y a un precio que sólo él negocia. El Grupo Socialista acordó ayer pedir una comisión de investigación centrada en las subvenciones, contrataciones y pagos del edil. Y Alperi volvió a salvarle. Dijo que las denuncias de la oposición a su portavoz son un 'chiste'. Y Romero le devolvió la gracia: 'Quiero que Alperi sea alcalde otro mandato'. Cómo no.