El jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Manuel Moix, salió al paso de las informaciones de que había intentado cesar a Carlos Yañez, el fiscal encargado de la Operación Lezo negando la mayor. Ni le ha cesado ni ha ordenado que se le apartara de la investigación, dice rotundamente en un comunicado. Sin embargo no es más que una verdad a medias ya que las presiones contra Yáñez no han cesado desde que se iniciaron sus disputas sobre el caso.

Acorralado por su jefe, Yáñez y su compañera Carmen García llevaron al asunto a la Junta de Fiscales Anticorrupción, en aplicación del artículo 27 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, para que les permitiera investigar sin límites el escándalo del Canal de Isabel II. Llevaba 10 años sin convocarse. La reunión se saldó con un apoyo abrumador a ambos fiscales.

"¿Has presentado ya la renuncia?"

Yáñez llegó a anunciar dos días antes de que estallara el caso que iba a renunciar a su plaza -en la que está en comisión de servicio-, por las presiones, algo que Moix debió ver como una oportunidad quien le instó poco después a que lo hiciera. “¿Has presentado ya esa renuncia?”, le preguntó según recoge el diario ‘El Mundo’ a lo que replicó que había sido fruto de un calentón. Es entonces cuando Moix le insiste en que se lo piense mejor y que le dé una repuesta a la vuelta del puente de mayo.

Más medias verdades. Moix, con el apoyo del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, intentó impedir varios registros en el marco de la Operación Lezo. Él negó la mayor cuando saltó la información. Lo cierto es que sólo se echó atrás al ver que no tenía el apoyo de la Junta de Fiscales antes mencionada, convocada a petición de Yáñez y García.

En este tema también contó con el apoyo de la Fiscalía General del Estado. En un comunicado aseguró que "es falso" que Moix "haya intentado obstaculizar la investigación" o que "se intentara paralizar la investigación". Habla de "puntuales discrepancias técnico-jurídicas" que "fueron resueltas en una Junta de Fiscales conforme a las previsiones del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, en un escenario de estricto y razonable debate jurídico, como es el propio de esta clase de órganos colegiados de las Fiscalías".

Otro detalle que apunta la injerencia de Moix en el caso, presionó a los fiscales para que no acusaran de organización criminal a los investigados en la trama, un delito que sí ha incluido el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, instructor del caso.

Por si no fueran suficientes evidencias, nada más llegar a su puesto en Anticorrupción, Moix puso obstáculos a la prórroga de las grabaciones. Unas conversaciones que han revelado, entre otras cosas cómo Ignacio González se congratulaba junto a Eduardo Zaplana del fichaje del nuevo fiscal jefe de Anticorrupción por ser una persona amigable con el Partido Popular. ¿Quién miente? Ellos que hablaban sin saber que les estaban grabando o Moix cuando dijo a Pepa Bueno que su relación con González era solo institucional.