Inmersos en plena campaña preelectoral, Ciudadanos está pasando por uno de sus momentos más críticos. Más allá de la del votante externo, ese que tiene que dirimir el resultado final de la contienda electoral, la crítica se recibe como una punzada desde sectores propios del partido.

El ‘pucherazo’ que se orquestó en Castilla y León, destapado por el equipo del candidato -finalmente vencedor de las primarias-, Francisco Igea, ha desencadenado investigaciones diversas desde distintos frentes. Madrid, Cantabria y Murcia se han rebelado, reclamando a la Comisión de Garantías que haga un ejercicio de trasparencia y ponga sobre el papel cada voto, fecha y hora en la que se produjo.

ElPlural.com se ha puesto en contacto en exclusiva con Juan Carlos Bermejo, candidato a las primarias por Madrid, y José López, homólogo en Cantabria. Ambos se muestran muy críticos con la falta de seguridad en el proceso. Cuestionan la buena fe del bloque oficialista en los procesos de votación interna. “Se está silenciando la corriente crítica. Hay una persecución sistemática: en los chats te eliminan si vas en contra de los intereses partidarios de una parte del partido. ¿Hasta qué punto se pueden abrir expedientes por debatir? Esto no es para nada lo que pensábamos inicialmente del partido: es un sistema semifascista”, denuncia el dirigente cántabro. 

Rivera prefiere a Aguado que a Bermejo. Si yo soy el candidato en la comunidad de Madrid él tiene un problema. Soy un outsider que no vive de la política y mi candidatura sería muy crítica con la gestión del presidente del partido”, sentencia Bermejo, acusando claramente al núcleo oficialista del partido de cometer irregularidades en los procesos de primarias, destinar dinero público a respaldar a sus elegidos y querer acabar con el debate interno de una forma fraudulenta.

Acusaciones claras y contundentes compartidas por un sector desencantado con el ‘modus operandi’ utilizado por Ciudadanos estos meses. Patrones de voto extraños, en los que se vuelcan apoyos de forma masiva, posicionamiento claro de Albert Rivera en favor de sus afiliados afines y una espera demasiado larga hasta que la Comisión de Garantías facilite la documentación requerida. Un oscurantismo que se empieza a hacer público: “La gente no puede saltarse a las bravas las normas. Han querido decirnos que éramos parfollay todo utilizando el dinero del partido y cometiendo irregularidades. Lo que se vende de puertas para afuera es todo mentira”, afirma Bermejo. 

Pero las preocupaciones del partido no quedan ahí. La duda se cierne sobre su gestión y el equipo de Rivera trata de sobreponerse tejiendo discursos variopintos con el fin de esquivar las críticas que llegan desde todo tipo de frentes.

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La necesidad de fichar

Que a poco más de un mes para las elecciones generales y dos para las autonómicas, Ciudadanos continúe incesante en su caída libre es, para muchos sectores del patido, una consecuencia de que se haya optado por 'tirar de chequera y fichar a famosos políticos para reforzar – a priori – lo que siempre ha sido una debilidad en la formación: su débil implantación en el ámbito autonómico y regional'. 

"Las primarias son un paripé. La dirección de Ciudadanos decidió manipular los resultados allá donde hiciese falta para favorecer a sus estrellas: Cantó, Clemente, Aguado o Felisuco", sostiene desde el anonimato a este periódico un importante dirigente regional de la formación naranja. La dirección del partido prefiere guardar silencio, pese a las insistentes preguntas formuladas desde ElPlural.com. 

Ciudadanos ha tenido que recurrir ‘al mercado’ y la jugada no ha salido muy bien. Esta fragilidad autonómica ha llevado a Silvia Clemente, fichaje estrella para Castilla y León, a empañar aún más su trayectoria política y, por ende, la de la formación naranja.

Ahora, tras la derrota en diferido de Clemente, señalada por Gürtel y por escándalos varios en su etapa genovesa, otra ex de los conservadores se marcha a Ciudadanos. Se trata de Esther Merino, senadora y ex alcaldesa de Cabezón de la Sal. Además, en su currículum puede añadir que está investigada por el Supremo por presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias. Una mancha que la formación de Rivera, de momento, deja pasar.

Este otro fichaje, en su imperiosa necesidad por empoderarse a nivel autonómico, según confirman fuentes cercanas al partido, podría encabezar la lista de Ciudadanos para Cabezón de la Sal. Mismo Consistorio, diferente signo. No obstante, desde el partido niegan que haya alguna lista cerrada. “No hay nada”, insisten.

Pero el daño está hecho. Dos manchas de corrupción en un partido que enarbola la bandera de la limpieza, o, al menos así lo hacían hasta ahora sus dirigentes. Incorporaciones con glamour, pero con poco trabajo de investigación detrás, qiue merman  la capacidad electoral de un partido que, en cuanto se acercan las elecciones, sufre temblores nerviosos propios de novatos.