La actuación de los Mossos d’Esquadra está en entredicho. El Gobierno, según avanza eldiario.es y confirman fuentes ElPlural.com, está descontento con el comportamiento del cuerpo policial ante el regreso de un Carles Puigdemont que se ha expuesto en un acto de bienvenida organizado por su partido, Junts, ante 3.500 personas para luego desaparecer. El sentimiento en Moncloa es de descontento, al tiempo que afean a la policía catalana por dejar escapar al expresident. Asimismo, entienden que la cúpula de los Mossos debería de asumir responsabilidades.
El Gobierno no está contento con la actuación de los Mossos d’Esquadra. Así lo transmiten fuentes consultadas por ElPlural.com este jueves. Carles Puigdemont ha regresado a España y ha desaparecido tras dar un mitin ante 3.500 personas que le han dado la bienvenida tras siete años en el exilio. Le esperaba, presuntamente, un dispositivo policial contundente para arrestar al expresident catalán. Al menos eso era lo que trascendía desde el cuerpo autonómico. Sin embargo, el expresident se ha desvanecido ante sus ojos, desatando las iras de la derecha y la ultraderecha y soliviantando al Ejecutivo.
El dispositivo policial está en entredicho y no sólo se ha puesto en cuestión desde la oposición en Madrid, sino también desde las altas instancias del Gobierno de coalición. Según ha avanzado eldiario.es y ha confirmado ElPlural.com, en Moncloa no ha sentado nada bien que el expresident se paseara por Cataluña ante la pasividad de los Mossos d’Esquadra. No terminan de comprender la actitud del cuerpo policial catalán, que ha dejado escapar al dirigente neoconvergente tras participar en un multitudinario acto público.
En Moncloa, según ha podido saber este periódico, creen que la cúpula de los Mossos d’Esquadra debe asumir las responsabilidades de lo que catalogan como un bochorno. El Ministerio del Interior, regido por el socialista Fernando Grande-Marlaska, delegó en la policía autonómica la detención del expresident, insistiéndoles en que se informara a sus responsables en cuanto se produjera el arresto. Una captura que no se ha producido y que ha activado alguna que otra alarma en el Consejo de Ministros.
Como Carles por su casa
Flanqueado por un nutrido grupo de célebres rostros de Junts y de la antigua Convergéncia, Carles Puigdemont pisaba las calles de Barcelona por primera vez en siete años. El expresident recorría las calles de Barcelona para previsiblemente asistir a la investidura de Salvador Illa. Al menos, así lo verbalizó en el vídeo que publicó el miércoles donde confirmaba su regreso. Sin embargo, el que fuera jefe del Ejecutivo catalán hasta 2017 está aún en paradero desconocido.
Al borde de las 09:00 horas de este jueves, Carles Puigdemont reaparecía en tierras catalanas siete años después, respaldado por una nutrida comitiva de célebres rostros del procés. Ante unas 3.500 personas, según cifras de la Guardia Urbana de Barcelona, el expresident volvía a subirse a un atril para oficiar un nuevo sermón independentista, mediante el cual advertía a todas aquellas fuerzas “represoras” que están más vivos que nunca. Emulando a Josep Tarradellas, Puigdemont se dirigía a sus feligreses mandaba un recado a las fuerzas españolistas y una judicatura que, a su juicio, torpedea la ley de amnistía.
Un breve discurso que culminó con llamadas de atención al Estado por no cumplir con el mandato de las Cortes, que aprobaron la amnistía de manera definitiva en mayo y tras el que el expresident se desvaneció. Desaparición que motivó a los Mossos a activar la Operación Jaula, que ya han desactivado por causar demasiados estragos en la carretera con eternas retenciones.
La búsqueda fue estéril. Puigdemont no ha aparecido aún, mientras desde Junts juegan al despiste deslizando que el expresident “ejercerá su derecho como diputado” y dando esquinazo a las preguntas de los periodistas sobre su paradero con evasivas como “lo veremos pronto”. Entre tanto, las autoridades policiales sí han practicado una detención, pero no a la persona que todo el mundo esperaba.
Los Mossos d’Esquadra han arrestado a uno de sus agentes, que figuraba como dueño de un vehículo en el que presuntamente habría huido el expresident. Cuando la comitiva se dirigía al Parlament tras concluir su intervención en el Arco del Triunfo, los medios de comunicación se percataron de que Puigdemont no estaba ya entre los suyos, activando las alarmas para buscar al fugado y arrestarlo. Fue entonces cuando las autoridades encontraron un coche blanco que hizo las veces de elemento de distracción en el truco del dirigente de Junts.