El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, ha salido al paso de las críticas y divisiones tras el debate sobre la ponencia de estatutos, donde se rechazó por sólo 25 votos una enmienda para limitar la acumulación de cargos, especialmente dirigida al caso de María Dolores de Cospedal.

Maillo se ha defendido de las acusaciones de “pucherazo” atacando y diciendo que “lo que no es normal es que se nos critique porque no votamos y también cuando lo hacemos limpiamente”. El problema es que las críticas no han partido de otras formaciones sino de su propio partido.

El encargado de la ponencia política y de estatutos también ha asegurado ante los periodistas en este segundo día del 18º congreso del PP que “no se puede cuestionar el resultado cuando la gente ha votado democráticamente”.

La principal explicación del autor de la enmienda rechazada, un compromisario de Cuenca, ha sido que la votación se produjo, como todas las del Congreso, a mano alzada con cartulinas y en apenas 30 segundos, tiempo insuficiente para que el “aparato del partido” asegure que el resultado fue 303 a favor de la enmienda y 338 a favor.

Nada de Cospedal

El vicesecretario de Organización también ha querido desvincular esta enmienda rechazada con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, la cual recordemos acumula tres altos cargos: ministra de Defensa, presidenta del PP de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP nacional.

Maillo ha defendido que “la enmienda no era contra nadie” y que el PP defiende la máxima de un militante, un cargo, pero que “siempre puede haber excepciones en pro del interés general”.

Las palabras de Maillo no han conseguido acallar la polémica en un congreso que se presentaba muy tranquilo para el PP pero en el que nadie se esperaba acusaciones tan fuertes dentro de sus filas como las de “pucherazo”, en medio también del debate para dar más poder a los militantes.