El alcalde de Seseña y diputado regional del Partido Popular, Carlos Velázquez, ha sacado este martes pecho dando a conocer una carta, fechada el 2 de mayo, donde pide ayuda al presidente del Gobierno de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, para buscar una salida al vertedero de neumáticos más grande de Europa que, curiosamente, a los pocos días salía ardiendo y que aun hoy el fuego no está todavía extinguido. Un suceso que ha ocupado durante días la atención mediática y donde se han contado verdades a medias, que lejos de buscar una solución a este grave problema medioambiental han estado dirigidas a socavar, principalmente, la imagen del actual inquilino del Palacio de Fuensalida, sede del Ejecutivo regional que preside el socialista García-Page.

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Cristina Cifuentes, María Dolores de Cospedal y Carlos Velázquez, alcalde de Seseña (PP-Seseña)

Una carta con un solo destinatario

En este sentido, llama poderosamente la atención que la carta enviada por el alcalde “popular” de Seseña a García-Page no fuera enviada en su momento a la antecesora del socialista y todavía secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, que desde junio de 2011 a julio de 2015 fue presidenta de Castilla La Mancha. Cuatro años al frente del Gobierno que ahora el alcalde de Seseña considera competente en la solución del vertedero ilegal de su pueblo. ¿Ahora, sí, y durante cuatro años, no? Carlos Velázquez ha silenciado, u olvidado, que hasta abril de 2011, fecha en la que un juez autoriza a la administración (regional y local) a intervenir, los gobiernos del socialista José María Barreda no pudieron intervenir, no así los ejecutivos dirigidos por su jefa de filas, que durante 48 meses no hizo nada, o casi nada.

¿Dónde está la carta enviada a Cospedal?

No existe. Carlos Velázquez, suponemos que por miedo a ser reprimido por su mentora política, no pidió ayuda a Cospedal, ni la envío carta o misiva alguna, al menos dada a conocer hasta la fecha, y si lo hizo se oculta para que los ciudadanos no sepan la verdad. Como por ejemplo la desidia del Gobierno de Cospedal ante este grave problema, del que era informada detalladamente por la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje, y a la que contestó de forma airada en un escrito del 20 de octubre de 2014, en el que, entre otras cosas, negaba cualquier intento de solucionar el problema “(…) ni se ha planteado, ni se ha llegado a ningún tipo de acuerdo con gestores finales para la gestión de estos neumáticos fuera de uso “. Es decir, nada de nada. Bueno, sí hubo algo: el silencio cómplice del alcalde de Seseña, que por aquellas fechas andaba dando tumbos con empresas de cara a la retirada de los neumáticos del depósito ilegal, conversaciones que nunca llegaron a buen término y todo siguió igual.

“Quiso quitarse el mochuelo de encima”

Carta que por supuesto tampoco recibieron los expresidentes de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y su sucesor, Ignacio González, ni mucho menos la actual presidenta del Gobierno madrileño, Cristina Cifuentes, que junto a Cospedal apadrinaron a Carlos Velázquez en sus mítines en las pasadas elecciones de mayo de 2015. No es de extrañar, entonces, que Emiliano García-Page, en declaraciones a La Sexta, tras reconocer que el alcalde le envío la mencionada carta “para quitarse el mochuelo de encima”, haya dicho que “la carta que echo de menos es la que se tenía que haber producido en los últimos cinco años, porque es evidente que la comunidad autónoma, precisamente ahora, tenía en marcha una solución con Madrid y el Ministerio por primera vez en muchísimos años”, para seguidamente sentenciar: “hasta 2011 no se podía entrar y lo que nos hemos encontrado es un ayuntamiento que ha contratado a una empresa ilegal que prácticamente no hizo nada y cuyo propietario está en la cárcel por blanqueo de dinero”.

Los documentos de verdad

La verdad no se puede ocultar, y lo cierto es que el  Gobierno de García-Page lleva a cabo desde hace semanas contactos y reuniones para buscar una solución mediante tratamientos innovadores, como su transformación en combustible para calefactar edificios públicos; un proyecto que realiza Emgrisa, empresa pública de gestión de residuos, que,  por cierto, a petición del Ejecutivo castellano-manchego hizo una propuesta días antes del incendio del vertedero ilegal de neumáticos, lo que avala el interés de la administración socialista por solucionar este problema medioambiental antes de que comenzaran a arder las millones de ruedas depositadas entre las localidades toledana de Seseña y la madrileña de Valdemoro. Porque el problema, también es madrileño.