En lo que llevamos de 2019, a España han llegado 18.018 inmigrantes de manera ilegal, según los úlitmos datos del Ministerio del Interior. Un 39% menos que en el msmo periodo del año pasado. A comienzos de enero, el Gobierno español se fijó el ambicioso proyecto de reducir estas entradas irregulares a un 50% para este 2019, y a juzgar por estos resultados, el plan marcha por buen camino. 

Otra lectura que se puede hacer a raíz de estos datos, es que el efecto llamada y la entrada masiva de inmigrantes que han venido denunciando en los últimos meses tanto Partido Popular como Vox no existe. Ambas formaciones se lanzaron a criticar ferozmente al Ejecutivo regido por Pedro Sánchez después de que estos tomaran la decisión, al poco tiempo de llegar a La Moncloa, de acoger en España al barco Aquarius. 

Tanto Pablo Casado como Santiago Abascal no dudaron ni un segundo en afirmar que esa decisión provocaría un "efecto llamada" que "colapsaría los servicios de acogida" de nuestro país. De un partido xenófobo como es Vox, no se podía esperar otra cosa. Pero sí que sorprendían las declaraciones del presidente del PP, quien repetía una y otra vez que en el debate sobre la inmigración "no cabe la demagogia" y que "no es posible que haya papeles para todos". Incluso, llegó a asegurar que "hay un millón de inmigrantes esperando en las costas libias que están planteándose una nueva ruta a través de España" y que según estudios de varias ONG "hay 50 millones de inmigrantes africanos que están recabando dinero para poder estas rutas".