La pasada semana trascendió que Alberto Núñez Feijóo se reunió en secreto con Santiago Abascal, ocultando la cita para evitar fotografías que mostrasen la sintonía entre el jefe de la oposición y la ultraderecha. Incluso, se escudó en que también se vio con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Pero hay escenas y momentos mucho más poderosos y reveladores que una fotografía. Este jueves, la bancada del Grupo Popular se fundirá con la de Vox durante el debate sobre la reforma de la ley de aborto.

El pleno abordará sendas enmiendas de devolución registradas por PP y Vox a la ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. El articulado, impulsado por la ministra de Igualdad, Irene Montero, fue aprobado el pasado 30 de agosto en Consejo de Ministros y recoge, entre otras cuestiones, el acceso al aborto sin permiso paterno para las menores de 16 y 17 años. Se suprimen también los tres días de reflexión y se garantiza que la red pública de hospitales cuente, siempre, con personal disponible para practicar interrupciones del embarazo a las mujeres que lo requieran.

Génova rechaza la norma, pero no propone alternativa. La razón es evidente: evitar generar un debate interno que abra en canal al partido. En el PP conviven distintas sensibilidades con opiniones diametralmente opuestas acerca del aborto. Hay diputados que integran el núcleo más duro que apuestan directamente por prohibir dicha práctica, mientras el ala más liberal, donde por cierto se encuentra Isabel Díaz Ayuso, que abogan por permitir a las menores abortar incluso sin el consentimiento paterno.

Alberto Núñez Feijóo, en mayo, rechazó la propuesta de Irene Montero. Según su criterio, las mujeres de 16 y 17 años debieran necesitar la autorización de sus progenitores y, en caso de que rehusaran, sería un juez de familia quien tome la decisión final tras estudiar el caso.

Feijóo evitó la foto, pero la escena que evidencia su sintonía con Abascal es ineludible

Un debate imposible para el PP

El PP evita a toda costa el debate escudándose en que el Tribunal Constitucional aún debe resolver el recurso presentado por su partido hace 12 años sobre la ley aprobada por el PSOE. Los populares pretenden regresar a la ley de plazos y supuestos de 1985, que no contemplaba el aborto hasta las 14 semanas, sino hasta las 12. La ley Orgánica 9/1985, la primera que reguló la interrupción voluntaria del embarazo, fue acuñada por Felipe González.  Despenalizó el aborto en tres supuestos: en cualquier momento siempre que se ponga en serio riesgo la vida o la salud física o psíquica de la embarazada, en las 12 primeras semanas en caso de violación y en las 22 primeras semanas si se prevé que el feto vaya a nacer con “graves taras físicas o psíquicas”.

En el año 2009 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó una nueva ley del aborto. Se trata de la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, que permite el aborto libre en las primeras 14 semanas, en las primeras 22 si existe riesgo de “graves anomalías” para el feto y en cualquier momento si se detectan anomalías fetales incompatibles con la vida. Asimismo, se estableció la edad mínima para abortar sin necesidad de autorización paternal los 16 años. Tan solo se obliga a informar a uno de los representantes del menor excepto si hubiera riesgo de “conflicto grave” o peligro de “violencia intrafamiliar”.

Con la llegada del Partido Popular al Gobierno, con Mariano Rajoy al frente, el Ejecutivo se dispuso a reformar la ley. Es entonces cuando Alberto Ruiz-Gallardón propuso mediante un anteproyecto de ley eliminar el aborto libre y se limitaba a los supuestos de violación dentro de las primeras 12 semanas o en caso de riesgo para la salud física o psíquica de la madre. Suprimía, así, el supuesto introducido en 1985 que tenía en cuenta las posibles anomalías del feto. El anteproyecto fue retirado y tan solo se reformó el aborto en los casos de las menores de edad, cuyos padres tendrían que dar su consentimiento.

Vox, la muerte y un frame revelador

Mientras el PP titubea, a Vox no le tiembla la voz. La formación ultraderechista rechaza la reforma de la ley del aborto porque entiende que “desprecia el más fundamental de los derechos”, el “derecho natural” de la vida humana. “Frente a la cultura de la muerte, Vox defiende la vida desde la concepción hasta su extinción natural”, remachan. Sea como fuere, PP y Vox se posicionarán del mismo lado ya no solo en este asunto, sino también en el veto a las bajas por incapacidad derivada de menstruación dolorosa. Feijóo evitó la foto, pero la escena que evidencia su sintonía con Abascal es ineludible.