Andrea Levy sorprendió a todos al dejar su puesto libre como diputada en el Congreso para volcarse en la campaña popular a la alcaldía de Madrid. Presentándose como mano derecha de Almeida, la vicesecretaria general de Estudios y Programas del partido dejó su escaño libre para que lo ocupara José Ignacio Echániz. Misma suerte corrió Daniel Lacalle, gurú económico del PP desde que Casado tomara las riendas de la formación, al renunciar al acta de diputado, por petición expresa del partido, para que Marimar Blanco ocupara el lugar que las urnas le habían negado.

Un movimiento de fichas en el tablero que dio mucho que hablar a los analistas políticos. “Madrid es mi prioridad”, fueron las palabras escogidas por la dirigente. Aun así, las órdenes internas quedaron patentes: apostar por dos personas experimentadas en política y que pudieran ejercer una buena oposición en una campaña con 66 diputados era la clave. Echániz y Blanco entran en juego, contra todo pronóstico, después de que la debacle en los comicios en Madrid provocara que el número de actas a repartir a los populares en el hemiciclo fuese menor del esperado.

A pesar de que la LOREG permite acumular varios cargos públicos (con un solo sueldo), Génova ha impuesto su propia ley, anteponiendo a los predilectos y obligando a retirarse a puestos estratégicos. Sin embargo, no parece que a ninguno de los dos diputados ‘retirados’ les vaya a ir nada mal. Lacalle seguirá en la empresa privada, compaginando sus labores con el área económica de la formación y la Fundación Concordia y Libertad presidida por Adolfo Suárez Illana.

Levy, al menos en el terreno económico, puede ingresar un mayor montante que en la Cámara Baja. Basta comparar, basándonos en el portal Transparentia de Newtral, el sueldo que percibe Pedro Sánchez como presidente del Gobierno al que cobraría ella como número dos si el PP consiguiera imponerse a Carmena y gobernar el Consistorio. Rita Maestre, número dos de Carmena en el Ayuntamiento (puesto que Levy lucha por conseguir), obtiene un sueldo bruto de 99.571,68 euros, mientras que el líder del PSOE ingresa 82.978,56 euros.

Cerca de 20.000 euros más por un puesto de menor responsabilidad. Más allá de la aspiración política de cada cual, y del “si me das a elegir… me quedo contigo” entonado por Levy a Almeida, los números también cuentan.