El referéndum del 1-O provocó que las alertas saltaran a nivel nacional, pero todo se magnificó en los días posteriores, cuando Carles Puigdemont valoraba declarar la independencia de Cataluña de manera unilateral. Sin embargo, varios agentes políticos intentaron frenar el deseo soberanista del ex president de la Generalitat y uno de ellos fue el lehendakari Iñigo Urkullu.

Según ha publicado El Español, el dirigente vasco cruzó varias cartas con su homólogo en Cataluña en los días clave de la crisis catalana. Unas misivas en las que Urkullu le expresaba a Puigdemont su deseo de que abandonara la senda de la unilateralidad para evitar la fractura social que ello conllevaría y el temor a la retirada de competencias que supondría el artículo 155 de la Constitución y que podría afectar al autogobierno vasco.

El consejo de Urkullu

En los correos que ambos se cruzaron, Urkullu le pedía a Puigdemont que fuera él el que disolviera el Parlament "inmediatamente" y convocase elecciones. El lehendakari sostenía que "la vía unilateral me resulta equivocada" y le pedía que siguiera sus consejos para evitar que el conflicto fuese a más.

Puigdemont, sin embargo, proclamó la república catalana aunque inmediatamente después la dejaría en suspenso. Algo que descolocó a la totalidad de la población del país, que no entendía qué significaba ese gesto del ahora ex president. También desubicó al Gobierno de Mariano Rajoy, que le dio diez días para aclarar esa acción. Sin embargo, la aclaración no llegó y el Ejecutivo decretó la aplicación del 155. La respuesta de Puigdemont fue la DUI.

Urkullu, el 23 de octubre del año pasado, insistía en que la "vía unilateral es equivocada", aunque señaló que no tenía objeción a que Cataluña dispusiera "de un reconocimiento de sus derechos históricos, como lo disponen los Territorios Históricos Vascos y que desde ellos pudiera trabajarse la aspiración de un mayor autogobierno".

El lehendakari incidía en "un referéndum legal y pactado, con garantías, entendido el referéndum como un punto de encuentro y no como un elemento divisor". Urkullu recordaba a Puigdemont que "la primera obligación de un Presidente es, en ausencia de otros logros inmediatos, defender y mantener las instituciones de su pueblo (Nación) y mantener su autogobierno vigente".

Contra el 155

El dirigente vasco explicaba que el referéndum de Cataluña no contaba con "las debidas garantías", por lo que "no ha de ser la base legal ni legítima en el proceso/camino a la independencia, incluso de manera unilateral". Días antes de la DUI, Urkullu le indicaba que "aprendido el camino será aplicable en otras circunstancias", en referencia al 155 y alegando que "es mucho lo que se puede perder".

Según informa El Español, el lehendakari le señalaba, en otra de sus cartas, que las cifras del referéndum ilegal no demostraban un apoyo mayoritario a la independencia. "Toda esa creatividad y determinación no han sido suficientes para que en este momento pueda darse el paso definitivo a un estadio de independencia", sostenía Urkullu.

Además, expone tres factores decisivos que se corresponden con "la falta de reconocimiento internacional, la relación económico-empresarial y el poder coercitivo del Estado". Sin embargo, Urkullu le pedía a Puigdemont que siguiera trabajando en la independencia aunque no descartaba que se replantease la estrategia y le instaba a "reconocer con honestidad y transparencia que el esfuerzo realizado y la fuerza acumulada no ha sido suficiente".