El concejal de Comercio, Consumo y Fiestas, Pedro Llamas. AYUNTAMIENTO LEÓN



En León se ha montado un pollo, precisamente por culpa de un concejal que ha intentado montar un restaurante de pollo frito de una conocida cadena americana. Resulta que el edil de Comercio, Consumo y Fiestas, Pedro Llamas (PP), fue descubierto empezando las obras de un restaurante KFC sin tener la pertinente licencia municipal, lo que provocó que el pasado lunes fuera reprobado por el pleno del Ayuntamiento con los votos de la oposición, menos Ciudadanos, pero el alcalde se niega a tomar medidas políticas contra él. Esto ha llevado de nuevo a todos, menos Ciudadanos, los partidos a convocar un pleno extraordinario para crear una comisión de investigación sobre qué está pasando en el sistema de aprobación de licencias del Ayuntamiento. Y es que Ciudadanos, que se encuentra en una situación particular dada la falta de mayorías en el Consistorio.

Esta historia, más o menos, empieza en agosto de este año, cuando se anuncia a bombo y platillo en la prensa local que “KFC aterriza en León tras invertir un millón y crear una treintena de empleo”. Y ya en el subtítulo se adelanta que “el empresario y concejal Pedro Llamas asume liderar el proyecto”. Pero los problemas saltan cuando se descubre que el Consistorio ha iniciado un expediente administrativo porque Llamas había empezado la construcción del local sin tener licencia de obra ni licencia ambiental.

Sin embargo y pese a la presión de la oposición, el alcalde se niega a tomar represalias políticas contra su concejal. Por su parte, Llamas “asume su error” pero cree que pedir su dimisión es excesivo porque actuó de buena fe, guiado por “un exceso de confianza”. Lo que sí parece que habrá será una multa de entre 1.000 y 10.000 euros que asumirá la empresa del concejal. Y, en el plano político, una reprobación en toda regla que se votó el pasado lunes. Toda la oposición votó a favor, pero el PP y Ciudadanos se abstuvieron.

El problema es que el PP no va a poder librarse fácilmente de la reclamación de responsabilidades, porque los tiempos de mayorías absolutas han quedado atrás. Los populares tienen 10 concejales y los cuatro que le faltaban para gobernar se los cedió Ciudadanos. En frente queda toda la oposición, con 13 ediles, y que forman el PSOE (8), León Despierta (2), León en Común (2) y UPL (1).

Todos estos grupos no tienen la suma para gobernar, a día de hoy, pero sí para convocar un pleno extraordinario. Y eso es lo que han hecho, () pidiendo “expresamente la no remuneración a los miembros de la corporación por la asistencia” a dicho pleno en el que se votará la creación de una comisión de investigación sobre cómo se están gestionando las licencias municipales en León.

Y, al parecer, hay munición de sobra, porque León en Común también ha pedido información sobre otra licencia de obra menor concedida a Pedro Llamas. “Al parecer, el modus operandi del actual munícipe no se limita al pollo frito —en referencia a las obras ilegales que inició para levantar un Kentucky Fried Chicken—. También intentó sustituir una licencia de obra, que exigía un dictamen de la Comisión Territorial de Patrimonio, por otra de obra menor; esta vez con éxito”, ha denunciado la formación. Y, para colmo, además de realizar una rehabilitación integral, se acometió la obra en “un inmueble protegido”.

La duda está en qué votará Ciudadanos, que puede ser decisivo, pero tendrá que retratarse. Porque la formación naranja no ha participado en la petición de convocatoria, pero su relación con el PP no está viviendo su mejor momento. Su abstención fue decisiva para conseguir que el concejal popular fuera reprobado. Y aunque dieron su apoyo a Antonio Silván para que fuera alcalde, en este momento están poniendo al Ayuntamiento contra las cuerdas, al haber amenazado con no aprobar los Presupuestos.

La negativa forma parte de la estrategia de Ciudadanos, que quiere distanciarse del PP en la localidad para poder cosechar un buen resultado en las elecciones generales del 20 de diciembre. De momento, su portavoz, Gemma Villaroel, ha avisado que “de entrada” su voto será un “no” a la cuentas y que antes los mirarán “con lupa”, pues no están “conformes” con el cumplimiento de los compromisos que firmaron para que el PP gobernara.

¿Qué hará Ciudadanos? ¿Apoyará la reprobación? Si no lo hace, ¿dará su apoyo a los Presupuestos locales? ¿Acabará todo esta historia con una moción de censura que eche al PP de la Alcaldía? ¿Habrá que esperar hasta después de las generales para saberlo? Son varias las dudas aún por resolver, pero lo que sí que parece claro es que al PP le puede salir caro el pollo de Llamas.