Ayer recibimos otra de esas noticias que te hielan el alma; y es que ha fallecido Juan Flor, una de esas personas mayores que pasaron su vida persiguiendo un sueño. Juan siempre quiso encontrar a su hermano Jose Mª, que un día salió de casa rumbo a lo desconocido encuadrado en la llamada “Quinta del Biberón” y nunca más volvió.

Situamos al joven soldado Jose Mª en el escenario de los últimos combates y escaramuzas en un Frente estabilizado que no lograban romper ni uno ni otro Ejército desde el 23 de julio de 1938 en que se da por finalizada la Batalla de Levante, victoria defensiva de la República desconocida más allá de los ambientes iniciados en Historia. La familia de Jose Mª tiene grabado en la memoria su triste final a dos días del fin de la guerra en una de aquellas sangrientas e inútiles escaramuzas entre Abejuela, la Salada y Bejís.

Es amargo que se le dejase pudrir como una alimaña hasta acabar fundido con el paisaje, desaparecido como tantos miles

Es amargo que la muerte no haya querido esperar dos días, que un joven que posiblemente nunca supo el porqué de aquella guerra no salga vivo de ella por tan sólo unas horas… murió el 27 de marzo de 1939, y todo acabó el 29. Pero más amargo es que se le dejase pudrir como una alimaña hasta acabar fundido con el paisaje, desaparecido como tantos miles más que seguimos encontrando cada vez que batimos el terreno en su busca.

Pero la muerte de Juan, el hermano que nunca dejó de buscarlo, debiera suponer un aldabonazo en nuestras conciencias por sus varios significados. Juan acudió al GRMH en el momento que supo que alguien sensible a su problema estaba removiendo aquellos parajes donde cree por los papeles que guarda que cayó Jose Mª. Le recogimos muestras de ADN; conoció a Garzón… todos vimos sus ojos brillar con esperanza.

La muerte de Juan hace patente de nuevo la urgencia en reanudar políticas de ayuda a este colectivo tan grande como silencioso; la Justicia y Reparación no sirven de nada si no llegan a personas que conocieron vivos a los que aún yacen en cunetas y barrancos por toda nuestra geografía. Es urgente la recogida de muestras de ADN de todas las personas en las circunstancias de Juan y guardarlas en un Banco de ADN por razones obvias, pero además porque hijos como los de Juan continuarán su búsqueda.

Es urgente restituir la Política memorialista de Zapatero, profundizarla creando Oficinas de Ayuda a la Víctima autonómicas y leyes que desarrollen la Ley de la Memoria estatal que eviten aberraciones como las que conocemos en la Comunidad Valenciana… es urgente una Política memorialista de nuevo en el Gobierno, por todos los Juanes que aún quedan en España y que no pueden esperar otros cuatro u ocho años bajo políticas hostiles del PP. Señores políticos de las izquierdas: no les perdonaremos que por egos y miserias cieguen de nuevo la esperanza.