La azucarera de Monzón de Campos, en Palencia, que usó el líder del PP, Pablo Casado, en un acto para acusar al Gobierno de atacar a la industria de la remolacha, lleva cerrada desde el año 2003, cuando gobernaba José María Aznar, según adelanta Newtral, que cita un informe sobre el sector del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca

"El campo de Palencia ha sido atacado. Ha sido atacada la remolacha”, afirmó Pablo Casado en en un mitin durante la campaña electoral de Castilla y León. “Yo, que he vivido cerca de Monzón, los años tan difíciles que han vivido como para que ahora vengan a decir que el azúcar es veneno”, añadió el presidente del PP, refiriéndose a las campañas del Ministerio de Consumo, que dirige Alberto Garzón, sobre la ingesta responsable del azúcar para prevenir la obesidad infantil.

La bajada en la producción es anterior al actual Gobierno

La realidad es que el descenso en la producción del sector comenzó antes del actual Gobierno y durante las etapas del PP en Moncloa. De las 15 azucareras que había en España a finales del siglo pasado, 10 cerraron sus puertas antes de 2009, según los datos del Ministerio. En ese periodo, desde el 2000 hasta el 2019, la producción de remolacha por cada campaña fue tres veces menor, pasando de 7,6 millones a 2,7. 

Las campañas del ministro Garzón sobre el consumo responsable de azúcar para prevenir la obesidad infantil siguen las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda reducir el consumo por debajo del 10% del total de la energía que se toma. En España, el 25,6% de las personas adultas y el 44% de las embarazadas superan ese límite, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). Es por ello que las autoridades han realizado varias acciones para limitar la ingesta del producto.

España tiene que importar azúcar

Según los datos de Agricultura citados por Newtral, la producción de azúcar nacional procede de la remolacha azucarera, pero esta apenas alcanza para una tercera parte del consumo del país. España produce 400.000 toneladas, mientras que el consumo alcanza los 1,25 millones. El resto se solventa con importaciones, principalmente de Francia o Portugal para el azúcar refinado y de otros países del sur de África, Cuba o Brasil para el azúcar crudo. Todo el azúcar de caña viene de fuera.

El rendimiento de los cultivos ha mejorado en los últimos años, pero lleva décadas perdiendo hectáreas. Desde 1983, la superficie de remolacha azucarera cultivada ha caído de las 160.000 hectáreas a menos de 24.000. Una situación igual sucede con el número de trabajadores del sector azucarero. Según datos del censo agrario del INE, en la campaña 2005 y 2006, el número de agricultores alcanzaba los 15.421, mientras que hoy hay alrededor de 6.200 trabajadores directos. 

La reestructuración del sector en la UE

Como se ve, los problemas en este sector poco tienen que ver con las campañas del Ministerio de Consumo, ya que provienen de la reestructuración del sistema de cuotas de producción de azúcar de la Organización Común de Mercados (OCM) que se inició en 2005 y terminó en 2017 con el fin de las cuotas. Esta situación provocó el cierre de varias fábricas al obligar a disminuir la producción de azúcar a la mitad para que el agricultor pudiera percibir las ayudas a la remolacha de la Unión Europea. Debido a esa reestructuración, la superficie de cultivo de remolacha aumentó en un 19% en la Unión Europea, provocando “una fuerte caída de precios, situación que todavía en 2019 sigue penalizando”. Entre 2018 y 2019 la superficie de remolacha cayó un 5%, “como consecuencia de las pérdidas en el conjunto del sector remolachero azucarero comunitario y de las adversas condiciones climatológicas”, según datos de Agricultura, citados por Newtral.