El anuncio en la web de la Academia evidencia que la distribución y venta del Diccionario va a toda marcha y confirma lo que fuentes de la propia Academia han admitido al diario El País: “no habrá cambios sustanciales”, y no se tocará ni una línea de las entradas sobre los personajes más controvertidos. O lo que es lo mismo, el régimen de Franco seguirá siendo considerado en esta obra “autoritario pero no totalitario”; Santiago Carrillo, ejecutor de “una política de terror revolucionario que compartieron todas las organizaciones del Frente Popular”; el republicano Juan Negrín, presidente de un “Gobierno prácticamente dictatorial”; y José María Escrivá de Balaguer, fundador de la secta Opus Dei, un iluminado, por “una llamada divina”, que entendió que la Iglesia debía “estar también dirigida a las mujeres”.

Los "ecos" de Franco
El pasado 5 de febrero, The New York Times publicó en un editorial dedicado al juez Garzón con motivo de la causa contra él por los crímenes del franquismo que veía en ese juicio “un eco perturbador del pensamiento totalitario de la era de Franco”. ¿Qué diría el influyente diario estadounidense de algunos pasajes del Diccionario Biográfico?

La Academia prometió en junio una revisión
En junio pasado, tras la polémica en diferentes sectores de la sociedad, también entre historiadores, la Academia reconoció que podía haber “sin duda, un subconjunto de entradas que necesiten, a la vista del debate, una revisión historiográfica y editorial, susceptible de ser incorporada de manera rápida a la edición digital y a ulteriores ediciones en papel". Prometió un primer informe para septiembre, que no ha aparecido por ninguna parte, y puso en marcha una comisión de revisión que integraron en un comienzo los académicos Miguel Artola y Carmen Sanz, y el historiador Juan Pablo Fusi. Es significativo que poco tiempo después de iniciar los trabajos Artola dejó el proyecto alegando “motivos personales”.

No se cambiarán "grandes cosas"
Con la salida de Artola se incorporaron los académicos José Ortega Varela, Carmen Iglesias y Vicente Pérez Moreda, dirigidos por Faustino Menéndez Pidal. Este último dio pistas de por dónde iban los tiros, en enero, cuando en declaraciones a El Periódico de Aragón advirtió de que la revisión no iba a cambiar “grandes cosas”. La prueba está en que la obra se sigue vendiendo sin que se haya corregido ni una coma.

 La ONU muestra su preocupación por la Ley de Amnistía
Aunque aquí no nos demos por aludidos, España está en tela de juicio por sus “ecos" franquistas. Este viernes, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU (OACDH) manifestó su preocupación por “la Ley de Amnistía de 1977”, al valorar el enjuiciamiento de Baltasar Garzón por investigar los crímenes franquistas.

España, según la legislación internacional
El portavoz del OACDG, Rupert Colville, afirmó que "España tiene la obligación según la legislación internacional de investigar las graves violaciones de los derechos humanos que han ocurrido en el pasado, incluidas las cometidas durante el régimen de Franco".

La justicia española debe "perseguir y castigar a los responsables" de estos crímenes "si siguen vivos" y hacer que se respete "el derecho de las víctimas y de sus familias a pedir reparación", afirmó Colville, que recordó que el Comité de Derechos Humanos de la ONU, encargado de evaluar la correcta aplicación del Pacto Internacional sobre derechos civiles y políticos firmado por España, dictó en 2009 que se debía "abrogar la Ley de Amnistía" porque no es conforme a la legislación internacional.

Los ecos no resuenan solo en el Supremo
La Academia de la Historia tiene pendiente una revisión de su sesgada obra y España tiene pendiente una revisión de su historia reciente. Atendiendo a ciertos pasajes del Diccionario Biográfico, los “ecos" del franquismo no resuenan solo en la sala del Tribunal Supremo donde se juzga al juez Garzón.