Jueves negro en Ciudadanos. El calendario va cobrándose víctimas en el feudo naranja, mientras Inés Arrimadas, impertérrita, anuncia su candidatura para presidir el partido tras la renuncia forzada de Albert Rivera tras la debacle electoral.

El que otrora exprimiera a su militancia bajo el yugo de un oficialismo en el que no cabían voces discordantes sembró el camino a su núcleo duro. Juan Carlos Girauta fue el primero en marcharse (“sin él no es lo mismo”) y este 21 de noviembre han seguido sus pasos José Manuel Villegas, que abandonará la dirección tras el Congreso del partido en marzo, y Fernando de Páramo, exsecretario de comunicación que ha anunciado su retiro mediante una carta pública.

Llegan nuevos tiempos que exigen renovados rostros. Un baile orgánico que no podrá pescar en la Agrupación de Santander. Tal y como ha podido saber ElPlural.com, la Comisión de Garantías y Valores de la formación ha solicitado la destitución de toda su Junta Directiva, poniendo a funcionar la maquinaria para elegir mediante elecciones una nueva cúpula.

Pese a que el hermetismo es total, este medio ha podido conocer que en la diana se encuentra Félix Álvarez, portavoz del partido en Cantabria. Fiel escudero de Albert Rivera, el dirigente alcanzó el poder en unas primarias repletas de dudas por un presunto pucherazo sobre José López. Ahora, el escarnio vuelve a rodear su figura.

Fuentes cercanas a la formación detallan a ElPlural.com que la decisión de destituir a la Agrupación de Santander viene después de que se realizaran “incumplimientos sistemáticos de la Junta Directiva. Se saltaban los Estatutos a conveniencia del portavoz de Cantabria, quien aprovechaba las Asambleas para sus mítines particulares”.

Además, el veto establecido sobre los que ponían sobre la mesa las dudas en la gestión del aparato es una de las faltas que más se condena a Álvarez: “Coaccionaba a la militancia para que se anduviera con ojo con lo que se contaba de su trayectoria personal en Santander. Se expulsaba del chat de la Agrupación a quien les exigiera convocar Asambleas o cumplir los Estatutos. Todo era muy siniestro”, explican internamente.

La Comisión de Garantías, en un comunicado privado al que ha tenido acceso este medio, avisa de que “no cabe recurso alguno”. Este secretismo deja Enel aire los motivos para adoptar una solución final tan drástica. Sin embargo, fuentes conocedoras de los estatutos de Ciudadanos advierten de que “para que Garantías actúe solo puede ser mediante la denuncia de afiliados”.