Con motivo de la publicación del libro Raros como yo, el escritor Juan Manuel de Prada contesta para ElPlural.com la polémica generada a raíz de sus reflexiones sobre el conflicto de Israel y por las que ha sido tachado de “antisemita”. 

“Es algo demente. Es como si mañana un gobernante negro adoptara medidas injustas, lo denunciara y se me llamara racista. O una mujer presidenta de un país decide declarar una guerra injusta y se me tache de machista”, declara en una entrevista que puede ver completa en este enlace

A continuación, el escritor valora “el callejón sin salida en el que se está metiendo la derecha”: “Como ocupa una posición dependiente de la izquierda, que es la que marca la hegemonía cultural, necesita, de forma patética, adquirir una identidad antagonista frente a la izquierda. Entiendo que un conservador tiene que tener una visión distinta al de un progresista, pero que se me diga bajo qué extraño silogismo, por ser de izquierdas tienes que estar contra Israel y por ser de derechas a favor. Tienes que estar a favor o en contra de lo que consideras justo”. Tras esta reflexión, el autor se hace tres preguntas: “¿La constitución del Estado de Israel es justa? ¿El Estado de Israel ha respetado las resoluciones del derecho internacional a la hora de hacer posible ese Estado? ¿Lo que Israel ha hecho y está haciendo con los palestinos es justo, incluso la reacción a ataques de naturaleza terrorista por organizaciones palestinas merecen las respuestas dadas?”. Según Prada, “estas cuestiones pueden ser contestadas libremente siendo de izquierdas o de derechas”.

“Lo que me parece de locos es que se te tache de antisemita por que digas algo evidente como que la respuesta de Israel al ataque de Hamás es inaceptable”, refleja. 

¿Cómo responde Juan Manuel de Prada a esas preguntas?

“Esto nos llevaría unas cuantas horas”, responde. Sin embargo, el autor trata de dar una respuesta concisa a esas mismas preguntas que previamente se ha planteado: 

c Esa Europa se aprovecha del sionismo para librarse de los judíos. No debemos olvidar que en la Alemania nazi hubo varios proyectos de mandar a los judíos a un territorio concreto, Madagascar por ejemplo”.

Sobre el respeto o no a las resoluciones internacionales, Prada lo tiene claro: “No lo ha hecho. Todos sabemos que Israel fue creado dentro de unos límites que luego no ha respetado. Y todos sabemos que las resoluciones de Naciones Unidas no han sido respetadas. Además, Israel, a través de los colonos, está haciendo incursiones impunemente en territorio palestino mientras la comunidad internacional hace que no lo ve. Si se tiene honestidad intelectual debe considerarse todo esto”. 

Otro de los términos analizados por el autor de Raros como yo es la “islamofobia en la derecha europea”: “Como no es políticamente correcto expresarla de manera brutal en tu propio país, te suscita una cierta sensación placentera de que tu primo de Zumosol (Israel) hace las cosas que a ti te gustaría que se hicieran aquí”. A continuación, valora el hecho de que personas de moral cristiana razonen así: “Me hace mucha gracia que a personas católicas de derechas les parezca estupendo las barbaridades que está haciendo Israel cuando hay muchos palestinos que son cristianos”. Para Prada, “cualquier persona que tenga una mínima sensibilidad hacia la situación de los cristianos palestinos, sabe perfectamente que Israel está cometiendo muchos atropellos y abusos contra ellos. Los palestinos no son solamente ‘moros’, como dice el españolito testicular”.

Acto seguido, el escritor contesta la última pregunta anteriormente citada sobre la respuesta de Israel a Hamás: “Siempre que se ataca a civiles indefensos, podemos hablar de terrorismo. Incluso si esa organización es insurgente que responde a una ocupación. Podemos hablar que la resistencia francesa cuando combatía al invasor alemán y mataba inocentes estaba cometiendo actos de naturaleza terrorista. Pero deberíamos saber cómo nace Hamás y a quién le conviene su existencia. Nos llevaremos la sorpresa de que el Estado de Israel potenció la creación y la duración de Hamás. Esto es así”. El autor también se hace esta pregunta: “¿La respuesta legítima ante un ataque terrorista es la guerra abierta? ¿Es legítimo que para combatir el atentado contra las Torres Gemelas Estados Unidos atacara Afganistán? ¿Es legítimo que para combatir el ataque de Hamás aplastes entre escombros a miles de personas? Yo creo que no. A los terroristas se les combate de otra manera”. 

“Si decir estas cosas es antisemita, que venga Dios y lo vea”, remata Juan Manuel de Prada. Según el autor, “solo una sociedad enferma puede considerar que es una cuestión ideológica, y mucho más enferma si este tipo de cuestiones te convierten en antisemita”.