Como el anuncio más conocido de estas fechas, parece que el empresario imputado en el 'caso Gürtel', José Luis Ulibarri, vuelve a casa por Navidad. Un año más, como en anteriores, por unas razones u otras, recibe algún tipo de reconocimiento o coincide en algún acto con altos representantes de la Junta de Castilla y León, presidida por el popular Juan Vicente Herrera, presente casi siempre en ese tipo de acontecimientos a los que también acude el 'magnate' burgalés. 

Es curiosa esa relación de Ulibarri con el Partido Popular y choca o, para ser más exactos, se ajusta como un guante, a la interpretación sui generis que Mariano Rajoy y los suyos hacen de la regeneración y de la lucha contra la corrupción.

Esta misma semana, mientras en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, en Madrid, se hablaba de él en el marco del juicio que se sigue contra la esta trama de presuntas corruptelas, la junta castellanoleonesa, comandada por su presidente, acudía a la entrega de los premios La Posada y El Mundo en Castilla y León. No falla a este tipo de invitaciones Herrera, sobre todo si el que convida es, como no, José Luis Ulibarri, a la sazón editor de dicho medio.

¿Qué se decía de él en el juicio?

Ésta es una muestra más de esa doble vara de medir la corrupción que manejan desde la calle Génova. Se vio con el "finiquito en diferido", el "innombrable", los discos duros y cuyo mayor exponente es la famosa foto de 2009 de Mariano Rajoy con toda la dirección del partido detrás, saliendo a la palestra para denunciar una supuesta conspiración contra el PP a raíz de los famosos 'papeles de Bárcenas'.

Algo similar ha ocurrido (en tiempos de Aznar) y sucede todavía con este empresario. El miércoles, en el proceso que se sigue en la AN, y que se refiere sólo a la primera parte de la trama que tiene como principal cabecilla a Francisco Correa, se habló de Ulibarri, imputado también y para el que la Fiscalía Anticorrupción pide hasta siete años de prisión. 

En concreto, según se pudo comprobar en las declaraciones escuchadas en sede judicial esa jornada, que ocupó titulares en los medios no por lo que se decía de Ulibarri, sino por la bronca con insultos incluidos por parte de Correa contra el denunciante que ha permitido abrir este melón, José Luis Peñas.

Del dueño de empresas constructoras, de seguridad, medios de comunicación, etc, se dijo que podía estar detrás de la financiación de la formación política que, tras dejar el PP, Peñas creó con el beneplácito del propio Correa, con el nombre de CMA (Corporación Majadahonda), aunque conocido como 'el partido de Correa'. 

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Unas horas después de que finalizase la jornada en la Audiencia Nacional, en el auditorio Miguel Delibes de Valladolid se procedía a la entrega de los citados premios. Nadie puede poner en duda su importancia y quizás por ello, una vez más, el mismo día que se escuchaba su nombre en el juicio por, tal vez, el mayor caso de corrupción de la historia de España, José Luis Ulibarri y Juan Vicente Herrera compartían escenario. 

Un empresario muy afortunado con el PP…

Sin embargo, poco puede extrañar ese hecho puesto que el empresario es uno de los que más se ha beneficiado de los concursos públicos, en especial en Castilla y León, con los populares en el Gobierno. Así, a lo largo de estos años, el ‘magnate’ de los medios de comunicación -alguno le califica como el 'Hearst' local- en esta comunidad (es propietario de hasta 5 cabeceras, incluida la edición regional de El Mundo, una televisión aurtonómica y algunos digitales) y propietario de constructoras (la más conocida es Begar, que aparece en el sumario de la Gürtel), empresas de servicios y de seguridad, ha tenido la fortuna de resultar adjudicatario de diferentes e importantes obras públicas, en especial en provincias como León.

José Luis Ulibarri hace y deshace en esta Comunidad Autónoma y lo ocurrido el pasado miércoles y su coincidencia con el presidente regional no es nuevo en él en momentos judiciales importantes.

Basta recordar que en junio de este año, tal y como informamos en ELPLURAL.COM, recibió la comunicación de la petición de la Fiscalía de más de 7 años de prisión para él. Casualmente, esa misma semana, se le vio en un conocido restaurante de León celebrando el cumpleaños del alcalde de esta capital, Antonio Silván, también del Partido Popular. Lo dicho, la estrategia de la doble vara de medir del PP con unos imputados y otros.