Javier Fernández-Lasquetty y Blanc ha vuelto. Discípulo de Esperanza Aguirre y pupilo de José María Aznar en FAES. Militante popular desde los tiempos de AP. Uno de los militantes más convencidos del liberalismo extremo. Llegó a ser conocido como consejero de Inmigración y, después, de Sanidad en la Comunidad de Madrid. Sus antecesores del PP habían impulsado las externalizaciones como privatización preventiva de los servicios sanitarios. Después, estos acabaron como consejeros de empresas sanitarias, algunas de ellas, receptoras de dichas externalizaciones.

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Pero él quiso llegar más lejos aún, y de manera desinteresada, ideológica, idealista.

Quiso acometer la privatización completa de la Sanidad autonómica. Para él, dicha sanidad no puede estar en manos de unos funcionarios adocenados. El Estado no puede cuidar bien a los enfermos, y las empresas promueven la mayor eficiencia a este respecto. Había que ponerse manos a la obra.

Dejó el gobierno autonómico cuando la Justicia paralizó sus planes. Y se marchó a Guatemala, a la Universidad Francisco Marroquín, como vicerrector. Su jefe allí, Gabriel Calzada, ha negado siempre el cambio climático y proponía "un copago del 100% para los servicios sanitarios". En Guatemala es más fácil imponer este tipo de barbaridades: a menos rendición de cuentas democrática, mayor beneficio para las corporaciones.

Lasquetty, para el que "ser liberal en España es llorar", ha debido de volver por algo. Ahora es jefe de Gabinete de Pablo Casado, nuestro probable presidente, y también será diputado.

Si a la 'revolución fiscal' prometida por la derecha le sumamos estas ideologías pauperizadoras, ya sabemos cómo se equilibrará el déficit público: entregando los servicios básicos de la sociedad a empresas fiscalizadas en pequeñas islitas y que, además, quieren reducir costes a toda costa. La cutrez institucionalizada. Tendremos que toser menos.

El viaje al centro del PP es un trayecto obligatorio al Tercer Mundo. Y lo que importa, es decir, quién nos atenderá si nos ponemos malos, no se discute en esas tertulias en las que tirios y troyanos se pelean por si las feministas vuelven a salir a la calle o sobre si la bandera nacional no ondea lo suficientemente bien. Así nos irá. No os pongáis en corriente.

Andrés Villena Oliver es doctor en Sociología. En mayo publica “Las redes de poder en España. Élites e intereses contra la democracia” (Roca Editorial).