El aumento del gasto en Defensa hasta llegar al 2% del PIB es uno de los ejes vertebradores de la cumbre de la OTAN que alberga estos días Madrid. Muchos países, entre los que se encuentra España, incumplen el dictamen aprobado por la Alianza Atlántica en Cardiff en 2014 que obliga a los estados miembro a incrementar su inversión armamentística. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció al calor de la guerra de Ucrania que este año los Presupuestos Generales del Estado (PGE) reflejarán un aumento del gasto en Defensa, cosechando el rechazo de sus socios habituales, incluido Unidas Podemos. Tanto es así, que Izquierda Unida, formación que integra el espacio morado y cuyo líder es Alberto Garzón, ministro de Consumo, ya ha anunciado movilizaciones.

En una entrevista concedida a ElPlural.com, el ex eurodiputado de IU y uno de los portavoces de la Plataforma Por la Paz OTAN No, Willy Meyer, avanzó que la asociación creada ex profeso para mostrar su rechazo a la cumbre canalizará también las protestas por el aumento del presupuesto de Defensa.

Preguntado sobre acciones futuras, deslizó que “queda aún mucho trabajo por hacer” y, "en cuanto se inicie el debate presupuestario y el Partido Socialista Español plantee llegar al 2% del PIB tendremos que salir otra vez a la calle a reclamar que lo que hace falta son más hospitales, más escuelas, mejores prestaciones sociales y por lo tanto no está este país para incrementar el gasto en Defensa”.

En la misma tónica se mueve el portavoz del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, aunque en su caso, no ha anunciado concentraciones. En declaraciones a los medios en el Congreso de los Diputados, el dirigente morado ha reiterado que no ve necesario elevar el gasto militar y sí centrar los esfuerzos en inversión pública para mejorar la protección social ante la enorme inflación.

Desde que Sánchez anunciara sus intenciones, sus socios de Gobierno manifestaron su rechazo. En las próximas semanas, con la mirada puesta en septiembre, Moncloa comenzará a esbozar las líneas maestras de los Presupuestos y la batalla por este asunto en concreto promete ser uno de los puntos de fricción.

Una contienda en la que los socialistas no se enfrentarán a los morados únicamente, sino al grueso de sus aliados parlamentarios. Íñigo Errejón, líder de Más País, urgió a Sánchez a “centrar sus prioridades” y recomendando dedicar esa inversión a trabajar la independencia energética. La portavoz parlamentaria de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, al igual que Echenique, censuró que incrementar la partida de Defensa conllevaría recortar en políticas sociales. Por su parte, Gabriel Rufián (ERC), remachó que “el país ya se gasta 10.000 millones en Defensa, y no me parecen pocos”; lamentando, además, que tras la pandemia “se ha subido bastante poco” el presupuesto en Sanidad.