En el último lustro, el número de cadenas de televisión con un sesgo ideológico escorado hacia la derecha ha incrementado considerablemente. Este fenómeno se debe, principalmente, a dos factores: en primer lugar, al viraje generalizado hacia el neoliberalismo económico y al conservadurismo social del espacio mediático, que ha facilitado que canales de esta índole proliferen, y en segundo lugar, al surgimiento de inversores millonarios dispuestos a financiar con generosas sumas estas televisiones y utilizarlas como altavoz de los intereses de su posición social.

A su vez, en este incremento de opciones mediáticas conservadoras reside otro fenómeno de fondo: la celebración de una batalla, con muchos egos de por medio, por ser la referencia de la derecha mediática española más dura. Un trono que antes pertenecía de manera casi indiscutible a ToroTV (antigua Intereconomía), pero que tras la deuda con Hacienda de más de 20 millones de euros que acumula este grupo y su consiguiente pérdida de autoridad e importancia, ahora se lo disputan sendos candidatos con mucho dinero a sus espaldas.

A su vez, cada una de estas cadenas muestra diferentes grados de afinidad con los partidos más conservadores del espectro político español. Mientras que 7NN, Estado de Alarma TV o la mencionada ToroTV mantienen un claro apego a Vox, Libertad Digital y Distrito TV tienen sus afinidades en el Partido Popular madrileño, contando esta última cadena con una alta presencia de sus diputados regionales, concejales y personajes afines a la formación neoliberal.

Los fichajes estrella, una de las mejores bazas

Una de las estrategias seguidas desde estas cadenas es la apuesta por los grandes nombres. Los fichajes estrella siempre han sido una herramienta muy útil y este campo no es una excepción: figuras conocidas, afines ideológicamente al espectador promedio de la cadena, son contratados para presentar o colaborar en alguno de los programas de su parrilla.

Se pueden dar infinitos ejemplos que se adhieran a estos criterios. Por ejemplo, 7NN incorporó hace escasas semanas a su elenco al ex de UPyD, Ciudadanos y PP, Toni Cantó, mientras que Distrito TV, por una parte, mantiene en plantilla al presentador Javier Algarra, quien fuera conductor del famoso programa de Intereconomía ‘El gato al agua’, y por otra, ha anunciado recientemente el fichaje del economista de cabecera del Partido Popular, Daniel Lacalle, para presentar un programa de contenido económico. Así, la contratación de figuras conocidas y, en ocasiones, controvertidas, es un modus operandi recurrente en estos medios de comunicación.

Inversiones millonarias para colonizar el espacio mediático

Por supuesto, sin presupuestos masivos detrás de las pantallas, ninguno de estos proyectos vería la luz. Por ejemplo, 7NN arrancó su proyecto el 12 de octubre de 2021 con una inversión inicial de 2 millones y medio de euros, procedentes del grupo Producciones Audiovisuales Hispania y de otras fuentes ideológicamente afines. A su vez, existe otro dato que es interesante poner sobre la mesa: antes de su fichaje por esta cadena, Toni Cantó cobraba, aproximadamente, 80.000 euros anuales por dirigir la Oficina del Español en la Comunidad de Madrid. Aunque los detalles de su contrato con la cadena conservadora no han sido revelados, cabe pensar que la oferta recibida por el también actor debe rondar una cuantía similar, o superior, a la que le garantizaba la administración Ayuso.

A su vez, Distrito TV, cuyo propietario, Jesús Ángel Rojo, es miembro de la Imperial Orden Hispánica de Carlos V de la Sociedad Heráldica Española, recibe también inversiones de una de las franquicias más grandes del sector dietético español, Naturhouse Health S.A., a través de su presidente, Félix Revuelta, quien expresó, en diferentes artículos publicados en la página web de la televisión, que quería convertirla en la “Fox News española”. “Queremos construir una televisión de referencia para el sector conservador de la sociedad española y, para ello, realizaremos inversiones masivas en infraestructura y tecnología”, expresaba Rojo, por su parte, en una nota de prensa de la que se ha hecho eco este medio.

Por otra parte, quien parece estar perdiendo fuelle es Estado de Alarma TV. La televisión de Javier Negre, financiada por el exdiputado de Ciudadanos Marcos de Quinto, está sufriendo las consecuencias del surgimiento de nuevas alternativas ideológicamente similares, de las inversiones que están recibiendo las mismas (o, lo que es lo mismo, del libre mercado) y de los diferentes problemas legales a los que están teniendo que hacer frente, atravesando así una severa crisis de credibilidad y de audiencia.

De esta manera se libra la silenciosa guerra por la hegemonía mediática de lo que se conoce como TDT party: inversiones millonarias, fichajes de caras conocidas, intereses tapados y una competencia salvaje, elementos que confluyen en forma de cadenas de televisión que ejercen de altavoz de los postulados de la derecha más dura y de la oligarquía española. Los dueños de estas plataformas son perfectamente conscientes del alcance y del poder mediático con el que cuentan y de que la batalla cultural y la mediática son igual de importantes que la batalla política, hasta el punto de que las dos primeras condicionan y recalan directamente sobre la tercera. Barrer para casa, hacer la guerra por cuenta propia y aprovechar la posición de privilegio para influir son los tres mantras de referencia de estos actores.