Un alto funcionario del Gobierno de Donald Trump ha publicado una carta anónima en The New York Times desvelando que en la Casa Blanca y sus aledaños existe una especie de resistencia para frustrar parte de los planes del presidente y evitar un desastre mayor. El diario estadounidense asegura conocer la identidad del autor pero este ha pedido mantenerse en el anonimato porque su empleo “estaría en riesgo por divulgar esta información”.

“Muchos de los funcionarios de alto rango en su propio gobierno trabajan diligentemente desde adentro para frustrar partes de su agenda y sus peores inclinaciones. Yo sé que es así porque soy uno de ellos”, arranca la misiva.

En primer lugar, aclara que su resistencia “no es la popular resistencia de la izquierda”, sino que “queremos que el Gobierno tenga éxito” y a pesar de que considera que muchas de las políticas han tenido éxito, considera que el comportamiento del presidente “es perjudicial para la salud de nuestra república”. “Los impulsos del presidente Trump son generalmente anticomerciales y antidemocráticos”, continúa el alto funcionario, quien cree que “la raíz del problema es la amoralidad del presidente”, quien “muestra poca afinidad hacia los ideales adoptados desde hace mucho tiempo por los conservadores: libertad de pensamiento, libertad de mercado y personas libres. los ha atacado directamente”.

Según el alto funcionario, “estos éxitos han llegado a pesar del -y no gracias al- estilo de liderazgo del presidente”. Y es que, afirma que otro funcionario con el que mantuvo una reunión se quejó de que no hay “manera, literalmente, de saber si él cambiará de su opinión de un minuto a otro”.

Si hay quien cree que Trump es un auténtico desastre, esta carta asegura que sería todavía peor “si no fuera por los héroes anónimos dentro y cerca de la Casa Blanca”. De hecho, el autor habla de un Gobierno de doble sentido: “Por ejemplo, la política exterior. En público y en privado, el presidente Trump exhibe una preferencia por los autócratas y dictadores, como el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, y muestra poca aprecio genuino por los lazos que nos unen con naciones aliadas que piensan como nosotros”.

Todo ello ha provocado la existencia de “rumores dentro del gabinete sobre invocar la Enmienda 25”, pero “nadie quiso precipitar una crisis constitucional”.