El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha roto las negociaciones con Canadá para imponer un arancel del 35% que entrará en vigor el 1 de agosto. Similar a las otras decenas de cartas que ha publicado en sus redes sociales, estos gravámenes podrán ser modificados dependiendo de la respuesta de Canadá, pero Trump ha destacado que las circunstancias particulares de su relación comercial han causado una tensión adicional.

Las más de 20 cartas publicadas hasta el momento son prácticamente idénticas con excepción de las dirigidas a Brasil y Canadá, donde el presidente estadounidnese ha señalado a ambos países por problemas particulares en sus relaciones comerciales. En el caso de Brasil, Trump ha denunciado la “caza de brujas” dirigida hacia el expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el “ataque continuo hacia las actividades de comercio digital” de empresas estadounidenses. En el caso de Canadá, la Casa Blanca ha afirmado que el “flujo de fentanilo” no es “el único reto” comercial al que se enfrentan con el país, pero sí uno de los principales. 

“Debo mencionar que el flujo de fentanilo es apenas el único reto que tenemos con Canadá, que tiene muchas políticas arancelarias y no arancelarias y barreras al comercio, lo que causa déficits comerciales insostenibles en contra de los Estados Unidos”, reza la carta publicada por el presidente estadounidense la madrugada de este viernes. Sin embargo, solo el 0,2% de la confiscación de fentanilo ha ocurrido en la frontera canadiense, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. No obstante, la agencia de inteligencia financiera de Canadá ha señalado que la producción de esta sustancia está en aumento.

Además, añade que “si Canadá trabaja conjuntamente” con Trump, “parando el flujo de fentanilo”, es “posible” que se ajusten los aranceles citados en la misiva. Al inicio de la guerra arancelaria a principios del mandato de Trump, una de las razones principales por las que había señalado a su vecino norteamericano fue por su permisividad frente al flujo de fentanilo por las fronteras entre los dos países, pero ahora está volviendo a cobrar protagonismo.

En respuesta a esta advertencia, el recién llegado primer ministro canadiense, Mark Carney, ha afirmado que “Canadá ha hecho un progreso vital en detener el azote del fentanilo en el Norte de América”. A pesar de la amenaza de Washington, Carney ha afirmado que el país: “Está comprometido a seguir trabajando con Estados Unidos para salvar vidas y proteger comunidades en ambos países”.

Sin embargo, sucediendo en paralelo a la publicación de las cartas de Trump, la ministra de exteriores canadiense, Anita Anand, señaló antes de la publicación del arancel a Canadá, que ambos países estaban trabajando sobre un acuerdo comercial en un plazo que caducaba el 21 de julio. Además, aún no se ha aclarado como interactuarán estos nuevos aranceles con el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, según sus siglas en inglés), un tratado de libre comercio que podría verse afectado dependiendo de la aplicación de los aranceles de la Casa Blanca.  

La carta también destaca que su envío “demuestra la fuerza y el compromiso” con su relación comercial con Canadá, a pesar de que haya “tomado represalias económicas contra Estados Unidos”. Resalta que “en vez de trabajar con Estados Unidos, Canadá tomó represalias con sus propios aranceles”, por lo que: “Empezando el 1 de agosto, le cobraremos a Canadá un arancel del 35% sobre productos canadienses que se mandan a Estados Unidos, separado de todos los aranceles sectoriales”. Cabe remarcar que Canadá es el tercer mayor exportador a Washington, con un valor de 436.600 millones de dólares (373.300 millones de euros), según datos de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos.

Una oportunidad de negociación

Además del efecto directo que tendrá un arancel elevado sobre las importaciones estadounidenses, una represalia también podría causar problemas económicos para la superpotencia dado que Canadá es el mayor receptor de productos estadounidenses, detrás de la combinación de los 27 países miembros de la Unión Europea. Sin embargo, los gravámenes que se han anunciado no son finales y pueden estar sujetos a modificaciones.

En la misiva, Trump destaca, a pesar de sus discrepancias con su país vecino sobre el flujo de fentanilo y sus políticas comerciales, que: “Estos aranceles podrán ser modificados, hacia arriba o hacia abajo, dependiendo de nuestra relación con vuestro país”. Esta posibilidad aparece en las otras misivas y también destaca que cualquier empresa canadiense que decida construir o producir en Estados Unidos estará exenta de aranceles.

“A lo largo de nuestras conversaciones comerciales con Estados Unidos, el gobierno canadiense ha sido firme en su defensa de nuestros trabajadores y negocios. Continuaremos haciendo esto mientras trabajamos hacia la fecha límite revisada del 1 de agosto”, ha señalado el primer ministro canadiense en un mensaje en sus redes sociales este viernes.

“Estamos construyendo un Canadá fuerte”, añadió, señalando que el país norteamericano está “fortaleciendo sus asociaciones comerciales en todo el mundo”. La Unión Europea ha iniciado una estrategia similar, en la que se ha acercado a Canadá, un movimiento provocado por la política arancelaria de Trump, y ha empezado a buscar nuevos mercados. Por ello, en abril, se celebró la primera cumbre entre la Unión Europea y Asia Central con el objetivo de abrir nuevos mercados.

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