El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció este martes su tercer discurso sobre el Estado de la Unión, el último de este mandato. El inquilino de la Casa Blanca presumió de sus logros económicos y cargó contra la inmigración. Pero más allá de lo que dijo, el acto estuvo marcado por los gestos de tensión entre la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, del Partido Demócrata, y el propio Trump.

Antes de su discurso, al subir al estrado, el presidente dejó con la mano tendida a Pelosi, que se disponía a saludarle, pero no fue correspondida.

Tras esto, y una vez concluyó Trump, Pelosi se levantó y en lugar de aplaudir, optó por romper por la mitad el folio con el discurso del presidente.

La propia Pelosi explicó después que lo hizo porque “era lo más cortés que podía hacer” después de ese “discurso tan sucio”. Asimismo, subió a Twitter la fotografía de Trump evitando saludarla con un mensaje que rezaba: “Los demócratas nunca dejarán de extender la mano de la amistad para hacer el trabajo”.

Demócratas contra Trump

Las demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, incluida su presidenta, Nancy Pelosi, acudieron al discurso del Estado de la Unión vestidas de color blanco para apoyar la consecución de la igualdad de las mujeres en el país.

"Orgullosa de unirme a mis compañeras demócratas de la Cámara de Representantes hoy vestidas de blanco para mostrar nuestro apoyo a la actual lucha para lograr la igualdad de las mujeres en todo el país", dijo Pelosi a través de su cuenta de Twitter.

Por otra parte, la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez había anunciado que no asistiría al discurso para no darle legitimidad.

"Tras mucha deliberación he decidido que no utilizaré mi presencia en una ceremonia estatal para normalizar la conducta ilegal de Trump ni su subversión de la Constitución", manifestó Ocasio-Cortez en un mensaje difundido en su cuenta de Twitter. Asimismo, afirmó que "nada de esto es normal" y aclaró que "no lo legitimará".