La cumbre hispano-alemana que se celebra desde este miércoles en A Coruña (Galicia) servirá para seguir engrasando unas relaciones bilaterales que se han visto reforzadas desde que Olaf Scholz alcanzase la cancillería en sustitución de Angela Merkel. El mandatario alemán y el líder del Ejecutivo español se han posicionado como los dos máximos baluartes de la socialdemocracia europea, fruto de una relación fluida y de conversaciones constantes para hacer valer su peso en temas como la energía, la seguridad, la fiscalidad y la respuesta homogénea al incierto futuro que subyace de la guerra iniciada por Putin en Ucrania.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llega en un momento de fortaleza después de superar el bloqueo en las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado con un acuerdo entre socios que Moncloa notificó este martes a las 6.55 de la mañana. Con las negociaciones a nivel interno bien atadas -a excepción de una Ley de Vivienda con la que Unidas Podemos presiona y el ala socialista del Gobierno se pone de perfil-, es el momento de seguir dando la batalla en Europa. El perfil institucional de Sánchez ha crecido notablemente desde que arrancase la legislatura, y en La Moncloa son conscientes de que este factor puede capitalizarse y dar a su candidatura un fuerte empujón en el ciclo electoral que se avecina.

El presidente del Gobierno ha pasado de perseguir a Joe Biden por los pasillos a posicionarse como una de las tres voces más importantes en el Viejo Continente (junto al propio Scholz y Emmanuel Macron). Si este factor, sumado a unas negociaciones extensas y una preparación milimétrica, acabó derivado en victorias como la consecución de los fondos europeos, la excepción ibérica o las medidas de ahorro energético ‘marca España’, ahora es el momento de luchar por imponer el tope del gas a nivel comunitario, algo que el Ejecutivo nacional cree vital para reformar el mercado eléctrico en pro de su abaratamiento y Alemania, por el momento, se resiste a valorar al entender que desembocaría en una crisis de suministros.

Esta petición española no es nueva, y de hecho ya ha encontrado fuertes respaldos en el seno de la Unión Europea. El propio Sánchez pudo trasladarle esta idea a su homólogo alemán en su última reunión privada, celebrada en el Palacio de Meseberg, a unos 70 kilómetros de Berlín, después de que Scholz invitase formalmente al presidente español en clara muestra de la buena sintonía entre sendos gobiernos: “Sánchez ha sabido defender con brillantez los intereses españoles”, reconocía entonces el canciller alemán.

En el Gobierno dan mucha importancia a una cumbre bilateral que no se celebraba desde 2013. Formarán parte de la delegación española, encabezada por el propio Sánchez, ocho ministros del Ejecutivo: a las tres vicepresidentas -Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera- se sumarán los titulares de Exteriores, José Manuel Albares; Defensa, Margarita Robles; Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Planas; Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; y Universidades, Joan Subirats. Todos ellos mantendrán encuentros privados con sus homólogos germanos, al tiempo que Sánchez se reúne con Scholz en una audiencia que tendrá lugar este mismo martes a eso de las 18 horas de la tarde.

La energía como tema central

Pese a que la interconexión entre España y Alemania a través del Midcat parece enterrada tras la reiterada negativa de Francia, ambos países insisten en su voluntad de poner en marcha un proyecto que provocaría un cambio en la reconfiguración de los suministros a nivel europeo. Acabar con la dependencia del gas ruso es una de las premisas más fundamentadas y reclamadas desde Bruselas, y, pese a que no hay acuerdo sobre cómo hacerlo, España insiste en aprovechar la coyuntura para posicionarse como epicentro en la exportación de energías.

Sánchez, conocedor de la capacidad regasificadora de nuestro país, volverá a poner el tema sobre la mesa, aprovechando que Alemania comparte opinión, a fin de seguir presionando a Francia y hacer que el Gobierno liderado por Macron se preste al estudio de viabilidad del gasoducto. Tanto el presidente como el canciller insisten, además, en que esta interconexión podría ser aprovechada en el futuro, ya que a medio plazo el suministro de gas podría ser cambiado por el de hidrógeno verde, cumpliendo así con las voluntades medioambientales de la Unión Europea y las promesas de transición ecológica que comparten ambos mandatarios socialdemócratas.

Menos conexión existe en torno a cómo afrontar los precios de la energía. España sigue apostando por la fórmula de convertir la ‘excepción ibérica’ en una medida europea. Desde Bruselas no han cesado en aplaudir la iniciativa española, que cuenta con el visto bueno de muchos pesos pesados de los Veintisiete, pero Alemania, por el momento, se niega a asumir ese postulado al entender que los suministros se verían reducidos en un contexto difícil para su ciudadanía. Con el otoño presente y un invierno que acecha y atemoriza al Viejo Continente, no se esperan grandes cambios de postura en este apartado durante la cumbre de A Coruña.

Sí que saldrán, sin embargo, un plan de acción conjunta para reforzar los lazos bilaterales y dos documentos de compromiso mutuo, uno en materia sociolaboral y otro sobre educación superior que sellará el ministro de Universidades junto a su homólogo.

¿Un escudo antimisiles conjunto?

En pleno momento de reproches entre los partidos que conforman la oposición, con Unidas Podemos condenando que el PSOE haya buscado una rebuscada fórmula para aprobar la subida el gasto en Defensa, este miércoles ha arrancado con el Gobierno alemán indicando que está “sondeando” a nuestro país para medir su grado de apoyo a la creación de un escudo antimisiles europeo con el que hacer frente a una hipotética guerra con Rusia.

Ha sido la ministra de Defensa germana, María Margarete Gosse, quien ha reconocido “conversaciones a nivel muy bajo” para este sistema de defensa aéreo y conjunto que el propio Scholz ya deslizó el pasado mes de agosto durante su visita a Praga. No obstante, el Ejecutivo nacional niega que esté en conversaciones para este reforzamiento de las capacidades disuasorias de la UE: "Desmentimos que el Gobierno de España haya recibido ninguna propuesta o comunicación al respecto", ha indicado Moncloa. “Es un tema que puede estar sobre la mesa durante la cumbre”, ha replicado, sin embargo, la titular de la cartera alemana de Defensa.