El Gobierno de Israel ha afirmado este martes que el Ejército permanecerá de forma "indefinida" en la "zona de amortiguación" creada en territorio sirio e invadida por los militares israelíes tras la caída del régimen de Bashar al Assad. Poco tiempo tras su derrocamiento el 27 de noviembre del año pasado, el ejército israelí ocupó territorio de los Altos del Golán y el monte Hermón, zonas claves debido a sus ventajas estratégicas.

El ministro de Defensa, Israel Katz, ha indicado durante una visita al lado sirio del monte Hermón que las tropas israelíes se mantendrán en la "cumbre" para "garantizar indefinidamente la seguridad de las comunidades de los ocupados Altos del Golán, del norte del país y de toda la población israelí”. “No vamos a permitir que ninguna fuerza hostil se establezca en la zona de seguridad del sur de Siria y vamos a actuar contra cualquier amenaza", ha aseverado el ministro de Defensa.

El director del Instituto de Jerusalén para la Estrategia y Seguridad (JISS), Efraim Inbar, destacó la importancia de esas zonas, explicando que es “el lugar más alto en la región, que contempla el Líbano, Siria e Israel”. “Estratégicamente es extremadamente importante. No existe sustituto para las montañas”, añadió, de acuerdo con CNN.  

Katz también ha recalcado que las fuerzas israelíes mantienen contacto con "poblaciones amigas" del sur de Siria, especialmente la comunidad drusa (un grupo etnorreligioso perteneciente a la zona), con la que "mantiene relaciones históricas". No obstante, las autoridades israelíes han afirmado desde la entrada en la zona que su presencia era temporal para prevenir "acciones hostiles" por parte de grupos yihadistas.

¿Por qué está Israel en los Altos del Golán?

Los Altos del Golán es una zona que ha estado en disputa durante varias décadas de la historia por su localización y altura. Pese a la existencia de armamento nuclear y equipamiento moderno, no existe herramienta que pueda superar la ventaja de la altura. La política internacional le otorga la soberanía de la zona a Siria, de acuerdo con un acuerdo alcanzado en 1974 por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) que condenó la adquisición forzosa del territorio.  

Dicha decisión de la ONU dejó claro que “la decisión israelí de imponer sus leyes, su jurisdicción y su administración al territorio sirio ocupado de las Alturas del Golán es nula y sin valor y no tiene efecto alguno desde el punto de vista del derecho internacional”. Sin embargo, el intento de recuperar el territorio por parte de Siria en la guerra de Yom Kippur falló y ambos poderes tuvieron que acordar una tregua que creó una zona desmilitarizada bajo control de la Fuerza de Naciones Unidas de Observación de la Separación (UNDOF).

Israel anexionó el territorio ilegalmente de acuerdo con el derecho internacional en 1981, y no se ha modificado su estado desde entonces. Por ello, la zona fue ocupado rápidamente tras la caída del régimen de al Assad dado que el nuevo régimen, liderado por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), no parece estar alineado con los intereses del presidente israelí , Benjamín Netanyahu. “No tenemos intención de intervenir en los asuntos internos de Siria, pero en definitiva tenemos la intención de hacer todo lo necesario para cuidar nuestra seguridad”, comentó Netanyahu.

La Siria sin al-Assad

El derrumbe del antiguo régimen totalitario ha dado lugar a la formación de un nuevo gobierno liderado por varias formaciones extremistas y moderadas. El grupo principal, HTS, es un antiguo aliado de Al-Qaeda que, a pesar de afirmar públicamente que ha dejado atrás esas alianzas, está sembrando dudas sobre la veracidad de ese distanciamiento. No se puede dejar de lado que su líder dirigía la facción siria de Al-Qaeda cuya estrategia se centraba en la imposición de la ideología yihadista de forma encubierta para que pasara relativamente desapercibido entre la comunidad internacional.

Pese a que Netanyahu haya celebrado la huida de al Assad a Rusia, es probable que la nueva formación de gobierno no servirá sus intereses (algunos grupos extremistas rechazan el judaísmo o la existencia de un estado israelí). Dado que los rebeldes están formados por una gran variedad de grupos con diferentes ideologías e intereses, no solo supone un conflicto interno en la agrupación sino una amenaza para los poderes vecinos.

Públicamente, han reafirmado que buscan establecer un gobierno inclusivo y seguro para cualquier tipo de ciudadano. Visitas de líderes europeos han tratado la importancia de establecer un estado inclusivo y respetuoso para poder eliminar a HTS de la lista de grupos terroristas de la Unión Europea y establecer relaciones bilaterales. Se tendrá que ver si se cumplen las promesas y si el grupo es capaz de homogenizar sus intereses para establecer un nuevo régimen estable en la región.