El Movimiento de Resistencia Islámica, Hamás, ha liberado a los primeros veinticinco rehenes (13 de ellos de origen israelí y 12 tailandeses) del total de 50 que se ha comprometido a devolver, en el marco del alto el fuego de cuatro días acordado con el grupo islámico. Por su parte, Israel ha hecho lo propio liberando a 39 presos palestinos del total de 150 que se han comprometido a poner en libertad en los próximos días.

Tras conocerse la llegada de los trece israelíes a territorio sionista, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha aplaudido el desarrollo del intercambio y ha constatado su "compromiso" con el regreso de todos los secuestrados.

"Les hago hincapié a ustedes, las familias, y a ustedes, ciudadanos de Israel: estamos comprometidos con el regreso de todos nuestros secuestrados", ha indicado Netanyahu en un breve discurso grabado y publicado en la red social X, antes Twitter.

 

En la misma línea, el titular de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha asegurado en la citada red social que la liberación de los 13 rehenes es "un paso importante". "Haremos todo lo necesario para devolver a casa a todos los secuestrados", ha agregado. A su vez, otro miembro del gobierno de emergencia israelí, el líder de la oposición Benny Gantz, ha argumentado que el país está ahora "en un estado" de "emociones contradictorias": desde la alegría y el dolor, pasando por la tristeza o la determinación.

También ha habido tiempo para que se pronuncie el presidente israelí, Isaac Herzog, quien ha agradecido la labor de todas aquellas personas involucradas en las negociaciones con Hamás, incluyendo en ese total al Ejército israelí y a los actores internacionales involucrados en el desarrollo de soluciones negociadas.

"Abrazo y felicito a quienes regresan a casa, así como a las familias de todos los secuestrados, y rezo por el regreso rápido y seguro de nuestros hijos e hijas que todavía están en manos del enemigo", ha sentenciado el presidente.

Los milicianos palestinos secuestraron el pasado 7 de octubre a más de 240 personas y hasta este viernes solo habían liberado a cuatro de los rehenes, todos ellos mujeres. Esta nueva entrega se enmarca en el alto el fuego que en principio durará cuatro días y en el que Israel se ha comprometido a entregar a 150 presos palestinos, de los que 39 ya han sido liberados.

En concreto, el pacto establece como objetivo la liberación de 50 rehenes retenidos en la Franja de Gaza a cambio de 150 presos palestinos, con una proporción de uno a tres que se ha mantenido en este primer canje. El Gobierno de Benjamin Netanyahu había avisado de que no completaría su parte hasta que no hubiesen salido los primeros secuestrados, pero todo parece marchar adecuadamente por el momento.

Sánchez, acusado de apoyar el terrorismo de Hamás

Por otra parte, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha visitado este viernes el paso de Rafah, con el objetivo de avanzar en el diálogo y aportar su grano de arena para acercar una solución negociada al conflicto. 

Allí, Sánchez, acompañado por su homólogo belga, Alexander de Choo, ha abogado por "establecer un alto el fuego duradero" más allá de los cuatro días que se han establecido inicialmente. Además, Sánchez le espetó a Netanyahu que "el número de palestinos muertos empieza a ser insoportable", en referencia a las ya más de 14.000 víctimas civiles mortales que ha habido en Gaza desde el 7 de octubre, y ha expresado que "la comunidad internacional y la Unión Europea tienen que hacer esfuerzos por reconocer al Estado palestino", y que, de lo contrario, "España tomará sus propias decisiones" en ese sentido.

Unas declaraciones que no han sido recibidas con buenos ojos desde Israel, que han acusado tanto a Sánchez como a De Choo de "respaldar los actos terroristas de Hamás" con un discurso como ese. Sin embargo, huelga decir que desde el estallido del conflicto, Sánchez y el Gobierno de España han mantenido una posición de aceptación a la "legítima defensa" de Israel ante los ataques de Hamás, y que la llamada de atención ante el exagerado número de civiles asesinados, además de antojarse lógica y coherente si lo que se desea es desescalar el conflicto y aproximarse a soluciones pacíficas, no es algo exclusivo de España ni de Sánchez, sino algo sobre lo que llevan poniendo el foco otros países y centenares de asociaciones internacionales desde el 7 de octubre.

Por su parte, el ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, ha respondido a estas acusaciones señalando que "están completamente fuera de lugar"  y las ha tachado de "falsas e inaceptables".