Israel continúa presionando a España por las medidas del Gobierno de Pedro Sánchez ante la masacre en Gaza. Ahora, en voz del ministro de Comunicaciones del Gobierno de Benjamín Netanyahu, Shlomo Karhi, ha llamado a boicotear la próxima edición del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona.
A través de un comunicado de prensa emitido este viernes y que ha recogido el diario hebreo Haaretz, el Ejecutivo israelí ha ordenado la suspensión de los preparativos que debían llevar a Israel a participar en la conferencia internacional que se celebra en España, dando órdenes a su vez al resto de Ministerios de Netanyahu que se sumen a esta medida.
Por lo pronto, según reza en el medio hebreo, aún se desconoce si el Gobierno en su totalidad apoyará la retirada de la representación israelí. En aras de justificar esta decisión, el ministro asegura que da respuesta a las “medidas antiisraelíes” del Ejecutivo de Sánchez, acusando así a España de “apoyar sistemáticamente a Hamás, su intención de reconocer un Estado palestino terrorista en el corazón de Israel y la falsa acusación de ‘genocidio’”.
Según recoge El País al respecto, una fuente israelí asegura que aún es prematuro considerar que el Estado hebreo se negará a participar en el congreso internacional debido a que el titular de Comunicaciones no tiene poder de decisión en el resto de carteras ministeriales del Ejecutivo de Netanyahu para llevar a cabo su intención.
De la misma manera, la patronal organizadora del Mobile World Congress, la GSMA, ha definido dicho evento como “unificador” del ecosistema tecnológico ante la posible ausencia de Israel. En este sentido, han expresado que “son conscientes de que la situación global puede impactar en la decisión de los participantes”, pero el fin de esta cita se unifica en “progresar las vías y los medios por los que la conectividad, la base misma de la tecnología, garantiza el proceso de personas, industria y sociedad”.
Israel entra en acusaciones contra el Gobierno de Sánchez
Este lunes, el presidente del Gobierno lanzó un paquete de nueve medidas en clave de sanción contra el Estado hebreo por la masacre perpetrada en la Franja de Gaza y que ya se ha cobrado cerca de 65.000 vidas de civiles. "Una cosa es proteger tu país, proteger a tu sociedad y otra muy distinta bombardear hospitales y matar de hambre a niños y a niñas inocentes", esgrimió Sánchez. Entre ellas, destacan el embargo de armas y el veto de entrada a España a dos de los ministros más radicales de Netanyahu.
Esta batería de decisiones fue respondida por Tel Aviv por el veto a las ministras Yolanda Díaz y Sira Rego a su país, además de sendas acusaciones hacia Moncloa. La última de ellas, este jueves, en la que el primer ministro israelí afirmó que su homólogo español impulsó con sus políticas “una amenaza genocida flagrante” contra su país al decir que carece de armamento nuclear para frenar el conflicto. Pero las palabras no fueron exactamente tales.
"España, como saben, no tiene bombas nucleares, tampoco tiene portaaviones ni grandes reservas de petróleo. Nosotros solos no podemos detener la ofensiva israelí. Pero eso no significa que no vayamos a dejar de intentarlo. Porque hay causas por las que merece la pena luchar, aunque no esté en nuestras únicas manos ganarlas", estas fueron las declaraciones de Sánchez que Netanyahu asumió como amenaza.
A renglón seguido, el Gobierno hebreo fue un paso más allá en su rechazo a la postura española: “Al parecer, la Inquisición Española, la expulsión de los judíos de España y el asesinato sistemático de judíos en masa durante el Holocausto no le bastan a Sánchez. Increíble", condenó a través de redes sociales.
No obstante, Netanyahu comienza a perder la batalla diplomática en la Comunidad Internacional. Por una parte, desde Europa, Ursula Von der Leyen ha propuesto suspender parcialmente los acuerdos comerciales con Israel; por otro lado, desde la Asamblea General de la ONU se ha aprobado por amplia mayoría un texto en favor de reconocer el Estado palestino.