Finlandia celebra elecciones presidenciales sin la presencia del actual mandatario, Sauli Niinisto, que ha agotado el límite de mandatos. Estos comicios supondrán un giro en la política del país nórdico, que se unió a la OTAN en abril del año pasado.

El presidente de Finlandia tiene la responsabilidad de dirigir las políticas de exteriores y de seguridad, así como de ser el comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Finlandia. El nuevo jefe de Estado tendrá que afrontar una situación excepcional para el país nórdico, debido a la guerra en el este de Europa.

Finlandia inició el proceso de adhesión a la Alianza Atlántica tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania, rompiendo así con una histórica neutralidad a nivel internacional que le había permitido mantenerse al margen de Rusia y del bloque de los aliados.

Finlandia contó con el apoyo de la mayoría de los miembros de la OTAN desde el principio, pero Turquía y Hungría obstaculizaron su ingreso en el bloque, aunque esta oposición estaba más relacionada con Suecia, que al principio iba de la mano de Finlandia pero luego se separaron, permitiendo que Helsinki se convirtiera en el aliado número 31 en abril.

Los principales candidatos a la Presidencia son Alexander Stubb, del gobernante Partido Coalición Nacional, y Pekka Haavisto, de Los Verdes, aunque se presenta como independiente. Stubb es conocido por sus posiciones proeuropeas y tiene experiencia como primer ministro, ministro de Finanzas, diputado del Parlamento Europeo y ministro de Exteriores. Las encuestas le dan como uno de los favoritos para suceder a Niinisto, aunque su popularidad ha bajado tras los últimos debates.

Haavisto fue parlamentario entre 1987 y 1995, y luego volvió a la política nacional en 2007. También fue diplomático de Naciones Unidas y se presentó a las presidenciales en 2012 y 2018, quedando en segundo lugar tras Niinisto. Si gana las elecciones del domingo, sería el primer presidente finlandés abiertamente homosexual. Haavisto fue ministro de Exteriores entre 2019 y 2023, y se enfrentó a una moción de confianza por la repatriación de familiares finlandeses de combatientes de Estado Islámico del campo de refugiados de Al Hol, en Siria.

Stubb y Haavisto eran los dos candidatos más fuertes para suceder a Niinisto, pero el ultranacionalista Jussi Halla-aho ha sabido aprovechar el descenso de popularidad de sus rivales para posicionarse como una opción viable. Halla-aho es una de las figuras clave del Partido de los Finlandeses y preside el Parlamento desde junio. Halla-aho se opone abiertamente a la Unión Europea y a la inmigración. En 2012, fue multado por el Tribunal Supremo finlandés por unos comentarios racistas.

Resto de aspirantes

En principio, de acuerdo con las encuestas, el sucesor de Niinisto debería salir de esta terna de aspirantes, que destacan entre los nueve candidatos que se presentan a los comicios. Entre el resto de candidaturas se encuentra la del director del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales, Mika Aaltola, quien se presenta como independiente después de ganar notoriedad por sus análisis de la guerra de Ucrania. Aboga por un aumento del presupuesto en defensa y defiende que Finlandia almacene armas estadounidenses con fines estratégicos.

La líder de Alianza de Izquierda, Li Andersson, también podría dar la sorpresa gracias a la popularidad que se labró durante su andadura como ministra del gabinete de la ex primera ministra Sanna Marin. Los democristianos, por su parte, presentan a Sari Essayah, actual ministra de Agricultura y antigua candidata en 2012, cuando apenas logró un 2,5 por ciento de los votos.

Por otro lado, la denostada socialdemocracia finlandesa presenta a Jutta Urpilainen como aspirante a la Jefatura de Estado. El Partido Socialdemócrata logró gobernar el país durante el mandato de Marin, si bien en las últimas elecciones locales de 2019 se vio superado por el Partido de Coalición Naciona, y en las últimas parlametarias quedó en tercer lugar por detrás incluso de la ultraderecha.

Los otros dos candidatos restantes son el gobernador del Banco de Finlandia y candidato independiente aunque con apoyo del Partido del Centro, Olli Rehn; y el empresario y fundador del Movimiento Ahora, Harry Harkimo, quien destaca por sus posturas liberales y centradas en el individuo por encima del Estado.

Los colegios electorales abrirán el domingo a las 9.00 horas y cerrarán a 20.00, si bien se estima que el voto por correo pueda superar el 50 por ciento de los votos totales emitidos, como ya ocurrió en 2018. Aunque se puedan conocer resultados anticipados poco después del cierre de urnas, no está previsto un resultado oficial hasta el martes.

Si alguno de los aspirantes logra reunir más de la mitad de los votos, podrá suceder a Niinisto a partir del 1 de febrero. Si, por el contrario, ningún candidato logra una mayoría absoluta, se celebrará una segunda ronda el 11 de febrero, y la toma de posesión pasaría a celebrarse principios de mayo.