Este mismo miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se burlaba de los republicanos que mostraban nerviosismo por su guerra comercial tildándolos de “aterrados”. En un desafiante discurso ante el Comité Nacional Republicano del Congreso, insistió: “Esta vez hago lo que quiero con respecto a los aranceles”, y que tan sólo él, tuvo el valor de desafiar a “los globalistas”.

Pero parece ser que han sido esos mismos globalistas los que han tenido el poder suficiente para mantener en vereda a Trump después de todo. Este miércoles por la tarde, el presidente estadounidense anunciaba una pausa de 90 días en lo que él llama “aranceles recíprocos” sobre todos los países con la excepción de China.

Según Charlie Gasparino, de Fox News, el retroceso de Trump se explica ante la preocupante evolución de los mercados financieros. Trump no negó esto cuando fue preguntado por los periodistas, señalando que, incluso con su “precioso” mercado financiero, “anoche vi que la gente se ponía un poco nerviosa”. Esto se debe a la aparición de una amenaza completamente nueva que apareció de la noche a la mañana. El lunes por la tarde, el tipo de interés de los bonos del Tesoro había bajado ligeramente, señal de una mayor demanda a medida que los nerviosos inversores recurrían a la estrategia históricamente segura de prestar sus ahorros al gobierno estadounidense. Entonces, de repente, los inversores empezaron a sacar dinero, percibiendo que el gobierno de Estados Unidos ya no era un lugar seguro para depositar su dinero, una perspectiva que auguraba el riesgo de todo, desde mayores pagos de la deuda hasta una crisis financiera a gran escala.

Todo esto sugiere que si un desplome del mercado de valores, o incluso una recesión, no asustan a Trump, la perspectiva de un colapso similar al de 2008 hace temblar al magnate neoyorquino. Por ello, la gigantesca guerra comercial queda aplazada, por ahora.

¿Dónde deja esto a la economía? Por el momento, se mantiene el nuevo arancel del 10% sobre casi todos los bienes importados de todos los países menos el controlado por Vladimir Putin. Se debe destacar que este impuesto global generalizado está mucho más cerca de la política que hizo durante la campaña de 2024 que el confuso muestrario de aranceles que presentó en su “Día de la Liberación”.

Esta política es, para ser claros, bastante perjudicial. A pesar de la retorica de Trump sobre la reindustrialización, el arancel universal se aplica indiscriminadamente a casi todos los países y productos. Algunos de estos bienes, como los plátanos o el café, no pueden cultivarse prácticamente en ninguna parte de Estados Unidos, y simplemente se encarecerán. Otros, como los metales y los bienes industriales, harán que la fabricación estadounidense sea menos competitiva, no más, como defiende su presidente.

La pausa es un alivio temporal

El mercado bursátil se disparó tras el anuncio de pausa de Trump, pero una vez pasado este alivio financiero, es probable que la realidad apague el entusiasmo de los inversores. El banco de inversión, Goldman Sachs, asimilando aún la noticia, ha vuelto a su anterior previsión económica, que prevé un crecimiento económico en Estados Unidos del 0,5% y rebaja la probabilidad de recesión al 45%, cifra que se mantiene abultada. La situación que encara ahora la superpotencia es algo más leve que la anterior a la pausa, pero sigue siendo una escena peligrosa, y mucho peor que el panorama con el que se encontró Trump cuando se sentó en el Despacho Oval.

Esta es al menos una forma de ver las cosas. Dentro de la secta fanática de Trump, sus seguidores han aclamado el último giro de su líder como un golpe maestro de su estrategia económica. El secretario del Tesoro de EEUU escribió a través de su cuenta en X: “Scott Bessent y yo nos sentamos con el presidente mientras escribía una de las publicaciones en Truth (la red social de Trump) más extraordinarias de su presidencia”. La publicación del tycoon decía: “Basándome en la falta de respeto que China ha mostrado a los mercados mundiales, elevaremos los aranceles a China al 125% con efecto inmediato […] He autorizado una pausa de 90 días y rebajado al 10% las tasas recíprocas durante este periodo, también con efecto inmediato”. El financiero Bill Ackman escribió también en X: “Esto fue brillantemente ejecutado por @realDonaldTrump (usuario del presidente). Jugada maestra del manual, El Arte del Pacto”.

Pero, a qué pacto se refiere exactamente Ackman. Nadie ha llegado a un acuerdo comercial con Trump. Al contrario, otros países se han dado cuenta de que la administración del republicano ni si quiera es capaz de articular sus metas y objetivos, porque los aranceles “recíprocos” de Trump son el producto de una formula si sentido al servicio de una serie de objetivos mutuamente excluyentes.

En la medida que los aranceles crearon alguna situación de presión, esta descansa ahora del lado de las contrapartes del estadounidense, que ahora saben que pueden estar tratando con un tipo menos serio de lo que pensaban o incluso loco, pero un tipo que no está lo suficientemente loco como para arriesgarse a un colapso de la economía mundial en toda regla. La pistola que Trump ha puesto sobre la mesa ahora apunta a su propio pie.

Trump podría muy bien restablecer sus enormes aranceles, especialmente si se siente humillado por los acontecimientos de esta semana. Lo más probable es que el presidente estadounidense continúe con políticas que empujan los precios al alza y el crecimiento a la baja, pero que no lancen su economía necesariamente a un colapso. Los epígonos de Trump van a tolerar una enorme cantidad de daño al país, especialmente el daño que tendrá lugar a largo plazo y afectará principalmente a personas de renta baja. El daño inmediato y masivo a sus partidarios más acaudalados parece ser la única línea roja que el magnate no está dispuesto a cruzar.

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