La capital de Líbano, Beirut, registró una fuerte explosión ayer por la tarde, alcanzando un radio de 10 kilometros, arrasando todo a su paso. Un centenar de personas fallecieron en el acto, sumando a ella más de 4.000 heridos.

Una imagen ha estado circulando por la red con la cruda realidad que se está viviendo en estos momentos: Los médicos deben atender de urgencia a las personas en plena calle y con la escasa luz de sus teléfonos móviles, dado que, en estos momentos, la ciudad asiática solo cuenta con dos horas de luz eléctrica en sus calles.

Las imágenes de la catástrofe son impactantes pero, más allá de eso, la desesperación sigue latente en las calles de Beirut. La fuerte explosión provocó el derrumbamiento de cientos de edificios a su paso, lo que también dejó a la mayor parte de la ciudad sin los recursos necesarios para atender adecuadamente a los heridos.

Líbano es un país colindante con Israel y Siria, por lo que la catástrofe de la explosión se ha unido a la crisis del coronavirus y la trensión bélico-política del territorio.

Paralelamente, varios paises han mostrado su apoyo y ayuda para solventar cuanto antes la tragedia: Inglaterra, Estados Unidos, Francia e incluso España ya se encuentran manos a la obra.