El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ha denunciado los presuntos negocios ocultos de la empresa Ericsson con ISIS. Un informe interno habría revelado que la compañía de telecomunicaciones reclamó a la organización terrorista la posibilidad de trabajar desde una ciudad que controlan.

Según explican desde el Consorcio, la organización sueca habría realizado decenas de millones de dólares en pagos sospechosos durante casi 10 años, desde Irak. Todo ello a través de una red de contrabando desde las áreas de la banda terrorista en una ruta llamada "Speedway".

El Consorcio Internacional de Periodistas ha publicado la investigación el mismo día en el que se inicia el Mobile World Congress. En la información justifican que la compañía de telecomunicaciones habría financiado fondos de soborno, viajes al extranjero para funcionares de defensa y pagos a través de intermediarios a ejecutivos que podrían ser terroristas.

En la información que ha salido a la luz, el organismo defiende que hubo "un patrón de soborno y corrupción tan extendido": "Y la supervisión de la compañía tan débil, que millones de dólares en pagos no pudieron ser contabilizados, todo mientras Ericsson trabajaba para mantener y expandir redes celulares vitales en uno de los países más corruptos del mundo".

El negocio oculto de Ericsson en Irak se habría desarrollado, envuelto por contratos falsos, facturas infladas, estados financieros falsificados y pagos a consultores que contaban con descripciones de trabajo, denominadas como "nebulosas".

The Washington Post, SVT y otros 28 medios de comunicación de 22 países han revelado parte de la información, denominada Lista Ericsson. En la investigación, señalan que la mayor parte de la conducta corrupta de Ericsson se dio, después de que en 2013 reconociera que estaba cooperando con las autoridades estadounidenses.

El trabajo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación también ha reflejado cómo Ericsson también examinó presuntas conductas indebidas en el Líbano, España, Portugal y Egipto. Todo ello rodeado de posibles sobornos, lavado de dinero y malversación de fondos por parte de empleados de todo el mundo.