El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, se encuentra este domingo en Jordania, donde estará dos días y visitará el centro de acción humanitaria de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) cerca de la capital, Ammán. Así, el primer edil de la Ciudad Condal retoma parte del viaje que debió empezar el viernes visitando las ciudades de Belén y Ramallah, pero que no pudo llevar a cabo porque Israel revocó su visado poco antes de viajar a Tel Aviv, informa el Ayuntamiento de Barcelona en un comunicado.

Collboni y la segunda teniente de alcalde de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos, Maria Eugènia Gay, se reunirán con el subdirector de programas de la UNRWA, Khunal Dar, para ver cómo se gestiona desde ese punto el envío de ayuda de emergencia a Gaza, así como el funcionamiento del nuevo campamento de Ammán y su programa de salud, proyectos cofinanciados por el Ayuntamiento. El alcalde se reunirá también con su homólogo de Ammán, Youssef al-Shawarbeh, con el objetivo de "estrechar lazos" entre ambas ciudades.

Compromiso de Barcelona con sus principios históricos

El comunicado municipal afirma que la negativa de Israel a permitir la entrada de Collboni en Tel Aviv "sirve para reforzar el compromiso de la ciudad con los principios que históricamente han guiado su acción" en las relaciones internacionales. "El Ayuntamiento entiende la diplomacia de ciudades como un mecanismo estratégico para favorecer el diálogo y la paz", de acuerdo con la Estrategia Internacional de Barcelona 2025-2029, añade.

También constata que "la implicación de Barcelona para favorecer la paz entre el estado de Israel y Palestina viene de lejos", y pone como ejemplo que la UE y los países de la orilla sur del Mediterráneo aprobaron en 1995 la 'Declaración de Barcelona', que define como semilla de la actual Unión por el Mediterráneo e inspirada en los Acuerdos de Paz de Oslo.

Además, recuerda que la ciudad "ha desplegado históricamente una intensa cooperación técnica directa con Gaza" y a través de ONG y especialmente, a través de la UNRWA. Actualmente está en marcha el proyecto para distribuir comida, al cual Barcelona ha aportado 300.000 euros y que este lunes visitará el alcalde; y en 2024 Barcelona dobló su aportación económica ordinaria a este organismo, llegando a los 190.000 euros anuales.

Vetado en Israel

En su primer viaje oficial al Próximo Oriente, el alcalde de Barcelona se topó con un portazo diplomático, con la denegación de entrada a Israel por parte del ente sionista, impidiéndole aterrizar en Tel Aviv. El primer edil debía aterrizar este viernes por la noche, pero a última hora el alcalde ha recibido la noticia, por parte de las autoridades, de la revocación de su permiso para poder entrar al país hebreo.

El objetivo principal del viaje institucional era el ya expuesto: estrechar lazos con alcaldes palestinos y reforzar proyectos de cooperación internacional entre ciudades, en el marco de diversos actos que se tenían previstos en el territorio. Sin embargo, el veto ha llegado en un contexto cargado de tensiones políticas. Y es que hace apenas tres meses, el Ayuntamiento de Barcelona suspendió sus relaciones institucionales con el Estado hebreo, así como el hermanamiento con Tel Aviv.

Desde el consistorio, se justificó la medida apelando a principios de derechos humanos: “Hasta que se restablezca el respeto al Derecho Internacional y al Derecho Internacional humanitario, y se garantice el respeto a los derechos básicos del pueblo palestino.” Lo que debía ser un gesto diplomático y de diálogo municipal ha acabado convertido en un nuevo capítulo de distanciamiento político. Un episodio que refleja cómo los conflictos globales se cuelan también en la agenda local, y cómo los principios que se defienden en casa pueden tener este tipo de consecuencias más allá de las fronteras.

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