Pese a los numerosos capítulos que el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha protagonizado en las últimas semanas y que han puesto en duda su capacidad para seguir al frente de la presidencia, justo en un contexto de campaña electoral previa a los comicios presidenciales de noviembre, el actual dirigente de Estados Unidos se ha reafirmado en su voluntad de seguir al frente de la candidatura demócrata, lejos de todas aquellas peticiones que le han llegado para que diese un paso al lado.
Después del intento de asesinato a su rival republicano, Donald Trump, el pasado sábado, Biden ha retomado en la noche de este lunes su agenda tras paralizarla a causa del incidente. El primer acto ha sido una entrevista concedida a la cadena NBC donde, reunido con el periodista Lester Holt, se ha reiterado en su decisión de seguir al frente de los demócratas, al frente de “los 14 millones de personas que votaron por mí para ser el nominado del Partido Demócrata”, señaló anoche el candidato.
Sin embargo, pese a su convicción de reunir todo lo que debe tener un candidato a la presidencia de Estados Unidos, reconoció su actitud durante el último debate presidencial entre él y Trump, que, dado su discurso, despertó muchas dudas entorno a su persona. Lo tildó de “una mala, mala noche” y señaló: “No me sentía bien en absoluto. La fastidié”. No sin recordar que es igual de apto que su rival para revalidar su liderazgo: “Sabíamos que iba a ser una carrera apretada pero no existe una gran brecha entre nosotros”. Además, relativo a las críticas que ha recibido con motivo de su avanzada edad -81 años- ha recordado que solo es “tres años mayor que Trump”.
Pese a su voluntad de reconocer los últimos deslices que ha tenido sobre todo en las apariciones públicas, no ha podido evitar que en la entrevista grabada en la noche de este lunes parte de la intervención girara entorno a otras declaraciones que ha hecho, especialmente sobre su oponente, Donald Trump. Si hace unos días el demócrata señalaba que había que ponerlo “en la diana”, ahora el candidato octogenario ha querido justificarlo: “Me refería a enfocarme en él. Enfocarme en lo que está haciendo. No soy yo quien ha dicho que habrá un baño de sangre si no gana”.
Unos argumentos que le han venido como anillo al dedo después de que intentaran disparar a Trump y desde la entrevista el demócrata haya mostrado de nuevo su apoyo hacia su rival. Ha señalado además que cuando lo llamó, este le agradeció la llamada y ha recordado que “no hay lugar para la violencia política de Estados Unidos”.
En esta misma línea, ha indicado que “en Estados Unidos resolvemos nuestras diferencias en las urnas. Así es como lo hacemos. No con balas. El poder de cambiar a Estados Unidos siempre debe estar en las manos de la gente, no de un posible asesino. El camino a seguir a través de visiones opuestas de campaña debe resolverse de manera pacífica, no mediante actos de violencia”.
Estas declaraciones se producen en un momento no solo de campaña electoral sino también de especial crispación entre los estadounidenses. Precisamente sobre esto también ha puesto el foco Biden en la entrevista concedida a la NBC. “Cuando pasas por ciertas áreas rurales del país, la gente tiene carteles que dicen ‘F Biden’ (fuck Biden) y ves a un niño pequeño parado allí, levantando el dedo de en medio. Ese es el tipo de cosas que son simplemente incendiarias y algo crueles”. Y ha añadido: “Es muy diferente decir: ‘Mira, realmente no estoy de acuerdo con Trump por la forma en que maneja los impuestos’”.
Con todo ello, pese a las solicitudes por activa y por pasiva de que se retire a un lado y ceda su candidatura de presidente, Biden ha utilizado esta última entrevista para reafirmarse en su postura de continuidad al frente del Partido Demócrata. Algo que posiblemente reiterará en el Comité Nacional Demócrata, celebrado esta misma semana en Milwaukee, donde también se está celebrando ya la Convención Nacional Republicana.