El proceso de negociaciones entre Israel y Hamás ha sido un tira y afloja constante. Sin embargo, con la reciente retirada del estado judío y su aliado cercano, Estados Unidos, de la mesa de discusión, Occidente está haciendo sus propios movimientos para obligar a estos dos actores, aparentemente inamovibles, a que vuelvan a las negociaciones y pacten una solución de dos Estados. Dentro de este escenario, el foco de discusión en España se ha visto fracturado y sin un atisbo de consenso firme entre las dos fuerzas políticas del país. 

Hasta ahora, la mayoría de los poderes occidentales no han reconocido el Estado palestino por diversas razones, pero con la población gazatí al borde del precipicio de la hambruna plena, algunos países han decidido utilizar el reconocimiento de Palestina ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) como forma de presión para obligar a Israel a volver a las negociaciones. Pese a que España fue el primer país, junto con Irlanda y Noruega, en reconocer a Palestina en Europa y apostar por la solución de dos Estados, la decisión de Francia la semana pasada de unirse a los países que reconocen a Palestina la convierte en el primer miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU en tomar esta decisión.

Pocos días tras la decisión de Francia, Reino Unido se unió a la propuesta -también es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU-, pero aclaró que el reconocimiento de Palestina está ligado al proceso de negociaciones; si Israel no consigue un acuerdo de paz, intenta anexionar a Cisjordania y no permite la entrada libre de ayuda humanitaria que será gestionada por la ONU, entonces lo reconocerá. Canadá también se ha comprometido con el reconocimiento del estado, pero, como el gobierno británico, vincula condiciones a esta decisión y aboga por la solución de dos estados.

A pesar de la firma de España, junto con la de otros 13 países, donde se aclara que el reconocimiento o la consideración de reconocer a Palestina es “un paso esencial hacia la solución de dos Estados”, en el interior del país ha habido resistencia. Tanto el Partido Popular (PP) como Vox han resistido el reconocimiento del Estado palestino de forma directa, pero en el caso de Génova, esta decisión ha sido objeto de contradicciones. En 2014 apoyó una iniciativa del PSOE para este reconocimiento, pero en 2024, tras la decisión del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, de sacarlo adelante, no le dieron el visto bueno. El dirigente de los ‘populares’, Alberto Núñez Feijóo, remarcó que, aunque su partido apoyaba la solución de dos Estados, “el reconocimiento debe ser realizado como resultado de un proceso negociador”.

Las incongruencias en el discurso del PP

Pese a que el PP no haya sido el único partido en rechazar el reconocimiento de España de Palestina, sí destaca la aparente incoherencia en su relato. En 2014, el PSOE propuso ante la Cámara baja el reconocimiento del Estado en una proposición no de Ley y consiguió el apoyo del PP. En aquel entonces, el Partido Popular defendió que “el único camino para la paz pasa por el reconocimiento de Palestina como Estado”. Sin embargo, cuando el gobierno reconoció el Estado oficialmente el año pasado, Feijóo rechazó la propuesta porque, a “su juicio”, la decisión tenía que contar con el apoyo de más países “con peso” y que tenía que ser el resultado de negociaciones, no a la inversa como había defendido el partido anteriormente. 

A esto se le añade las afirmaciones Feijóo en una entrevista con Ana Rosa Quintana en Telecinco en mayo de este año, donde tilda de “atrocidad” las actuaciones del gobierno israelí, pero niega la existencia de un genocidio: “[Benjamín] Netanyahu no es un genocida, el pueblo israelí no es genocida. Este acoso y derribo a un pueblo merece un planteamiento objetivo y de equilibrio”. Sin embargo, Amnistía Internacional, Médicos Sin Fronteras, y otras organizaciones internacionales, incluyendo dos grupos israelíes, han acusado al gobierno israelí de cometer genocidio.

Además, los cuerpos internacionales encargados de calificar la actuación de un país como genocidio, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y la Corte Penal Internacional (CPI), están actualmente investigando a Israel -la decisión final tarda años- y, en mayo de 2024, la CIJ alertó que el empeoramiento de la situación y solicitó que Israel frenase inmediatamente su operación militar y otras actuaciones que podrían considerarse contribuyentes al crimen del genocidio, algo que no se ha cumplido. Además, en el orden de arresto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a finales del año pasado, la CPI señaló que hay indicios reales de su rol en las acciones del gobierno que “han creado condiciones de vida calculadas para crear la destrucción de una parte de la población civil en Gaza”.

Además de la evasión de Feijóo, el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, acusó al gobierno de Sánchez de tener una actitud “comprensiva” al ataque de Hamás y de mantener una postura “antisemita”. Paralelamente, las cartas firmadas por el gobierno han condenado contundentemente el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 y lo ha calificado como una actuación “atroz y antisemita”.

Por otra parte, en un pleno de Estrasburgo en junio, el secretario general del PP europeo, Antonio López-Istúriz, defendió el rechazo del PP a la suspensión del Acuerdo de Asociación de la Unión Europea con Israel y matizó: “Es posible apoyar al Estado israelí y al pueblo judío frente al creciente antisemitismo, sin dejar de criticar el deterioro de los derechos humanos en Gaza”. Ahora bien, el papel de Israel en la hambruna en Gaza y ese deterioro en derechos es innegable por las matanzas de civiles en los puntos de distribución humanitaria a diario, el genocidio que ha reclamado organizaciones internacionales y los bloqueos a ayuda humanitaria. Por ello, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha destacado que la hambruna en Gaza está “inducida por Israel”.

La solución de dos Estados: España marca el paso

Bajo este contexto, la solución de dos estados emana de un acuerdo secreto entre Reino Unido y Francia, llamado el acuerdo Sykes-Picott, donde dividieron el territorio de Oriente Próximo entre sí. Palestina estaba bajo mandato británico, pero debido a varias circunstancias, se propuso dividir el territorio en dos Estados: uno judío y uno árabe -una decisión que fue rechazada por los Estados árabes de la región-. Consecuentemente, tras la creación del Estado de Israel en 1948, guerras por la legitimidad del Estado judío y derechos territoriales han envuelto la zona.

Ahora, frente a la guerra en Gaza que ha cobrado la vida de más de 61.100 palestinos, según las autoridades de la Franja, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), los poderes occidentales se están aliando para proponer la solución de dos estados como la única vía para la paz en la Franja.

Por su parte, el gobierno de España ha venido marcando el paso defendiendo esta posición desde su reconocimiento de Palestina en mayo de 2024 y ha firmado varias cartas a lo largo del año que han exigido la finalización de la guerra en la Franja de Gaza y el libre flujo de ayuda humanitaria en la zona. El comunicado más reciente publicado la semana pasada “exige un alto al fuego inmediato” y está firmado por España, Andorra, Australia, Finlandia, Francia, Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, San Marino y Eslovenia.

“Reiteramos nuestro compromiso inquebrantable con la visión de la solución de dos Estados donde dos Estados democráticos, Israel y Palestina, viven lado a lado en paz entre muros seguros y reconocidos, consistentes con leyes internacionales y resoluciones relevantes de la ONU”, reza la carta que se publicó con la reunión de la ONU sobre la solución de dos Estados como telón de fondo. Además, han confirmado que buscan la “exclusión de Hamás de la gobernanza palestina” además de su desarme y han respaldado los compromisos hechos por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, de reestructurar partes de su sistema político, desmilitarizar el Estado y convocar elecciones dentro del plazo de un año.

Pese a que este comunicado se haya publicado el mismo día que el anuncio de Reino Unido de reconocer el Estado de Palestina, este no figura entre las firmas. Esto puede deberse a sus condiciones particulares para el reconocimiento de Palestina, donde además de exigir los elementos mencionadas en el comunicado citado y tener una estructura similar, destaca que “apoyan el derecho del Estado de Israel a la autodefensa” y que no aceptará la anexión de Cisjordania.

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