El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha convocado a los medios de comunicación para atajar las críticas generadas por el hecho de que una dictadura islámica en la que no se respetan los derechos humanos vaya a ser el lugar que acoja el Mundial de fútbol. Y lo ha hecho en un ejercicio de demagogia apabullante: "Europa debería pedir perdón por los últimos 300 años antes de dar lecciones morales", ha declarado.

En Qatar han muerto más de 6.000 obreros durante la construcción de los estadios. Trabajadores con pésimas condiciones y que han ejercido su fuerza de trabajo en unas condiciones de semiesclavitud. En Qatar la homosexualidad es ilegal y podría suponer hasta 10 años de cárcel. Tampoco se respeta a la mujer. No hay libertad de expresión. ¿Y la culpa es de Europa? La FIFA ha sido regada de dinero del petróleo y ahora debe ejercer su papel legitimador.

Sin embargo, el bochornoso ejercicio de Infantino ha ido más allá: “Hoy tengo sentimientos muy intensos. Hoy me siento qatarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay, hoy me siento discapacitado, hoy me siento un trabajador inmigrante”. Si se siente gay y qatarí, también debería sentirse perseguido, humillado y encarcelado. 

Asimismo, el presidente de la FIFA ha añadido que se siente como estas minorías porque él también fue acosado: "Era pelirrojo y sufrí bulling. Lloré e intenté participar con ellos. Si leyera la prensa estaría deprimido. Soy hijo de trabajadores migrantes, en condiciones muy complicadas en Suiza, cómo vivían y los derechos que tenían. Veía como se trataban a los que intentaban entrar en el país. Suiza se ha convertido en un ejemplo de tolerancia. Qatar ha progresado y hablaremos de ello, como también espero que hablemos de fútbol, si no están cansados. La FIFA está orgullosa de estar aquí. Me cansa leer comentarios sobre gente y decisiones de hace doce años. Va a ser el mejor Mundial. La gente quiere es el fútbol", ha espetado.

Por otra parte, Infantino ha reflexionado sobre la doble moral europea respecto a Qatar: "Lo triste es que en las últimas semanas hemos sido testigos de una doble moral. Los europeos nos dan muchas lecciones. Soy europeo y deberíamos pedir perdón por dar lecciones. Vine hace seis años y lo primero que hice fue hablar de los trabajadores. ¿Cuántas empresas europeas ganan dinero aquí o en otros países de la zona y se han preocupado de los trabajadores? Ninguna. Igual ganaban menos si lo hacían. Nosotros, sí. Aquí defiendo el fútbol y las injusticias. La FIFA se preocupa y Qatar, también. ¿Saben cuántos periodistas vinieron a un acto sobre discapacitados hace dos días? Cuatro."

También ha defendido las pésimas condiciones de los trabajadores en la dictadura islámica: "Qatar ha ofrecido a muchos migrantes ganar diez veces más que en su país. En Europa no lo permitimos. Solo llegan unos pocos. Si a Europa les importara el destino de estos migrantes, se deberían crear rutas para que algunos llegaran a Europa, como está haciendo Qatar. No podemos hacer la vista gorda a cosas que no funcionan en Qatar, pero la moral unidireccional es simple hipocresía. Esta Copa del Mundo va ayudar a muchos a abrir los ojos. Si ven algo mal, cuéntelo, pero también digan como se puede solucionar".

Otra cosa por la que Infantino ha tenido que pasar por el aro es el hecho de que no pueda haber homosexuales dentro de los campos: "He hablado mucho con los dirigentes y se da la bienvenida a todo el mundo. La opinión de uno o dos no es la de un país. Esto es un requisito que se va a cumplir. Las nomas existen, como pasó en Suiza en el 54. ¿Nos quedamos en casa y criticamos a los árabes porque no permiten a los gay en público? No, hay que pasar por un proceso. `Las puertas se están empezando a abrir. Pido que intentemos unir, no es una guerra. La ciudad es preciosa y la gente está feliz".