La ciudadanía ya ha desenmascarado el trampantojo del Partido Popular tratando de erguirse como defensor del colectivo LGTBiQ. Ya no engañan a nadie y así se lo hacen saber cada vez que algún dirigente de la formación trata de arrojarse la capacidad de representarles. El último episodio ha tenido lugar tras el acto del pasado fin de semana en la calle Fuencarral, cerca del barrio de Chueca.
El pasado fin de semana estuvo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, montó su stand de campaña bajo el lema Diversidad y Libertad, acompañada por las banderas trans, bisexual y la arcoiris.
Las redes sociales censuraron que se trataba de un lavado de imagen del partido y un intento de cosechar el voto del colectivo. Pero no solo eso, sino que Ayuso concedió un titular demoledor al diario El Mundo en una entrevista: “Ayuso, en Chueca: ‘Me da igual cómo cada uno configure su vida en su cama’”.
Ante esto, tuiteros y tuiteras vertieron una ingente cantidad de críticas reprochándole que no se trata de lo que hagan o dejen de hacer en su cama o en su casa, sino que es lo que hacen las 24 horas del día en todos los ámbitos de la vida.
Un historial con máculas
En este sentido, Ayuso ya tiene un historial cuando menos dudoso con respecto a la defensa de los derechos LGTBI. Cabe recordar que antes de que fuera presidenta regional, ya con el cartel de candidata popular colgado, respondió a la propuesta de Vox de celebrar el Día del Orgullo en la Casa de Campo con una rotunda negativa y bajo el argumento de que “hay familias”: “La Casa de Campo, ya no solo porque es un bien patrimonial, es también escenario de las familias, durante el fin de semana, de los que van a hacer deporte, etc. No creo que sea el sitio. Cada fiesta tiene su afán en Madrid, todos cabemos en Madrid y yo no creo que esos sean los problemas que tienen la ciudad ni la comunidad”, dijo en una entrevista.
Unos días después, en mayo de 2019, realizó una extraña mueca que bien pudo interpretarse como un gesto de asco cuando Susana Griso le preguntó en una entrevista si tenía pensado acudir al Orgullo en caso de ser invitada. “Si me invitaran no sé si iría. Ya veré. No sé. Ya veré. Que cada uno haga lo que quiera. Hay muchas personas del colectivo LGTBi que no quieren ir”, afirmó tras torcer el gesto.