Muchas son las confabulaciones sobre el futuro de Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos y candidato a la Comunidad de Madrid en las elecciones del 4 de mayo ya ha puesto fecha de caducidad a su liderazgo al frente del partido: 2023. Será entonces cuando ceda su testigo a Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo (con el voto de los inscritos mediante). 

En este sentido, ABC ha publicado este viernes que Iglesias prepara un horizonte alejado de la Asamblea de Madrid. Según informan, habría avanzado en las conversaciones con Jaume Roures, propietario de Mediapro y una larga lista de productoras, para regresar a los platós y desempeñar un periodismo crítico bajo los focos.

El citado medio asegura tener fuentes que han confirmado este plan B y apuntan a que las conversaciones estarían bastante avanzadas. Incluso, Iglesias habría pedido consejo a comentaristas, periodistas y tertulianos afines sobre cómo enfocar su nuevo proyecto. Y es que, siempre según ABC, no le seduce en absoluto la idea de ser portavoz de un grupo minoritario en el parlamento madrileño. Muy distinta sería la situación si entrara en el Gobierno regional.

ElPlural.com ha preguntado a su equipo de prensa, que niegan las informaciones, pero dejan la puerta abierta: “En principio, cero”.

Desde que anunció su candidatura para medirse a Isabel Díaz Ayuso, Pablo Iglesias avaló a Yolanda Díaz como su sucesora y aseguró que recogería su acta de diputado en la Asamblea, donde desempeñaría su función al menos los próximos dos años. Lo que hará después es una incógnita.

Recientemente, en una entrevista con La Vanguardia, Iglesias admitió lo siguiente: “Hace tiempo que hacía falta una renovación en el liderazgo estatal y lo llevaba trabajando desde el verano con Yolanda (Díaz). En política no se puede estar eternamente y mi profesión es ser profesor universitario. Y me gustaría retomar mi experiencia con el periodismo crítico, el trabajo que hice en La Tuerka. No sé cuándo llegará eso, me queda tiempo. Si gobernamos en la Comunidad de Madrid es evidente que empieza a contar un reloj diferente, pero no creo que la política tenga que configurar carreras interminables. Sigo siendo un profesor de política y un periodista que está de paso en la política”.