La rana más cantarina de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, ha comparecido este martes ante la comisión que investiga la caja B del Partido Popular en una mañana que ya empezaba de una manera peculiar. Su examigo, David Marjaliza, iba a ser su telonero, pero ha alegado enfermedad y ha plantado a la comisión. Su presidente, Pedro Quevedo, se ha mostrado visiblemente enojado: “"Confío en que haya un parte de baja más sólido que éste que se ha enviado aquí".

La sesión se ha suspendido hasta las 12:00 horas, cuando estaba previsto el concierto de Granados. Sin embargo, en esta ocasión, poco ha entonado. La rana de Aguirre, quien ha negado ser “ni la mano derecha ni la izquierda” de la presidenta de la Comunidad de Madrid, se ha limitado a ratificar lo expuesto en sede judicial.

Granados ha concretado que “conocía el desarrollo de las campañas, como cualquier secretario general”. Eso sí, ha matizado que “del resto del PP no le conozco, por tanto le hablo del PP de Madrid. Hay una investigación abierta y he dado las explicaciones que tenía que dar. Por respeto a esa investigación no le voy a dar más detalles de los que di en el juzgado. Le puedo asegurar que en todo lo que es la publicidad, propaganda y todas estas cosas, no he intervenido. En lo que yo he participado, todo lo que he hecho, las cuentas que he visto y se me han enseñado, están en el Tribunal de Cuentas”, a lo que ha añadido que “no tenía responsabilidad de decidir los actos ni los costes” y ha asegurado que “jamás he visto un solo euro de dinero negro en mi partido. No he visto sobres”.

El exconsejero ha ratificado el denominado núcleo de hierro, a pesar de que ha apuntado que no se reconoce en ese concepto: “Expliqué el proceso de toma de decisiones y cómo están conformados los equipos”. Esta guardia pretoriana estaba conformada por Isabel Gallego, exdirectora de Comunicación de Aguirre (ya imputada en la causa); Jaime González Taboada, exnúmero tres de Cifuentes en el Ejecutivo regional y actual senador del PP; el consejero Borja Sarasola y el premio gordo, Cristina Cifuentes. En sede judicial, Granados explicó que este cinturón de hierro fue dinamitado por la relación sentimental que asegura que mantuvieron González y Cifuentes, una aseveración que bien le ha costado una citación judicial.

Granados ha ironizado con la “caída en desgracia” en la política. El diputado de Unidos Podemos Íñigo Errejón ha preguntado: “¿A qué achaca usted su caída en desgracia?”. Ante esto, Granados, con cierto rintintín, le ha respondido que “a cosas de la política, qué le voy a contar yo a su señoría…”. Errejón ha cuestionado a Granados si se ha reunido en algún momento desde su detención hace tres años con Esperanza Aguirre, Ignacio González, Cristina Cifuentes o alguna persona en su representación, lo que el exconsejero ha negado.

En relación a su actual relación con el PP, Granados ha asegurado que “no tengo nada que reprocharle. Mi partido no necesita anda de mí. Les deseo los éxitos que puedan conseguir”.

Francisco Granados ha asegurado que “Marjaliza ha mentido de la A a la Z” y apunta: “No creo a Marjaliza”, ha dicho como respuesta a la pregunta de Toni Cantó sobre si Granados se repartió con el empresario López Madrid una mordida de 3,6 millones de euros por dos obras del Metro de Madrid.

El exconsejero se ha negado a responder a preguntas del diputado Óscar Matute, de EH Bildu “mientras usted no le pida a sus compañeros de militancia que ayuden a aclarar los 300 muertos por actos terroristas y casi 1.000 víctimas, no le voy a contestar a ninguna pregunta”.

En suma, Granados se ha ratificado en su declaración ante el juez. Eso sí, tal y como dice Errejón, "parece que en unos sitios enseña la pata y en otros la esconde".