José Manuel García Margallo, ministro de Asuntos Exteriores en funciones, y candidato a presidir el Congreso en la próxima legislatura, es un gran aficionado al mundo náutico. Tanto que es propietario de un buque, el Canopus, que tiene amarrado en un puerto de la costa alicantina y con el que a menudo realiza cruceros por el Mediterráneo.

El ministro y el mar... gratis total

Pero el Canopus, que no es ni mucho menos un cayuco, se le queda pequeño. En la embajada española en Lisboa, a comienzos de la actual legislatura, recibían con resignación llamadas del ministro que, con cierta frecuencia, se apuntaba a lo que nos han calificado como “navegaciones por el estuario del Tajo y por la costa portuguesa” cuando uno de los buques de la Marina fondeaba en la capital portuguesa. Más allá de usar la embajada para ayudarle a tramitar la gestión para satisfacer sus aficiones, el hecho es que entre todos pagábamos así la vocación náutica (y quizás militar) del ministro.

A menudo, nos han señalado en diversas fuentes, ese vicio el ministro lo satisfizo a bordo del Giralda, el buque de 22 metros de eslora que don Juan, el abuelo del rey, utilizó en los últimos años de su vida y que Juan Carlos I donó a la Armada tras la muerte de su padre.

García Margallo y otros 90 privilegiados

Pero esta vez, de lo que queremos informarles es de la presencia del ministro José Manuel García Margallo, acompañado de su mujer, Isabel Barreiro (también con historial de cargos en el PP) en un viaje del buque escuela de la Armada, el Juan Sebastián Elcano, que tuvo lugar entre el día 2 y el 8 de este mes de julio. Un viaje del que les informamos por primera vez este pasado viernes

Entonces habíamos sabido que entre quienes estaban ‘invitados’ por la Armada a este viaje en el buque escuela, figuraba el expresidente del PP andaluz, exalcalde de Sevilla y actual diputado, Juan Ignacio Zoido. Y junto a él, también figuraba quien había sido su portavoz, Gregorio Serrano, también acompañado de su esposa. Cinco días de ‘vacaciones en el mar’ que, ahora sabemos, disfrutó también el ministro de Exteriores junto a su mujer.

No es un privilegio, el que quiera que se apunte a la lista de espera

El Partido Socialista, aún antes de que se conociera la presencia del ministro entre quienes disfrutaban del viaje, pidió explicaciones al titular de Defensa, Pedro Morenés, que hasta el momento ha callado. Juan Ignacio Zoido, al saberse pillado sí justificó su presencia en el Juan Sebastián Elcano con enorme desparpajo: “no se puede hablar de privilegio ni de excepción -dijo- y sí de una práctica habitual” de la Armada. Al tiempo, por cierto, desveló que eran 90 los civiles invitados que disfrutaron del viaje marítimo.

Según el ahora diputado andaluz, que respondía a críticas del número tres socialista, Antonio Pradas y del portavoz en el Congreso, Miguel Ángel Heredia, “si están tan interesados en conocer cómo pueden hacer el viaje es muy sencillo, que lo soliciten a la Armada Española hasta que se les conceda, como he hecho yo y el resto de los 90 civiles invitados”. Si cuesta mucho ser tan ingenuo como para imaginar a Zoido en lista de espera. Qué decir del ministro de Asuntos Exteriores, García Margallo. Pero puestos antes descarados que sencillos.