Cuando la prima de riesgo superó todas las líneas rojas el pasado viernes, la voz de José Manuel García-Margallo fue la primera que se levantó para exigir la actuación del Banco Central Europeo, y lo hizo en términos bastante duros, al tachar de "clandestino" el papel del BCE ante la crisis de deuda. Se encontró con el portazo de Mario Draghi, y el departamento de Margallo siguió maniobrando para ganar tiempo y evitar el rescate, esta vez con un comunicado conjunto con Francia e Italia instando a Europa a actuar con inmediatez, pero ambos países aclararon que no suscribían esa petición.

Labor diplomática tras el incendio... de Economía
Pero ha sido el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien –tras buscar complicidades en Berlín- se ha reunido en París con su homólogo francés, Pierre Moscovici. Ha sido así la labor 'diplomática' del titular de Economía la que ha conseguido finalmente sumar la voz de Francia para en un comunicado conjunto urgir a poner en marcha los acuerdos del último Consejo Europeo. Estos movimientos, unidos al mensaje de respaldo de Bruselas sobre que España no estaba "sola" o del consejero del BCE, Ewald Nowotny, en cuanto a la posibilidad de agilizar los mecanismos de compra de deuda, han moderado en parte las presiones sobre la disparada prima de riesgo española. En cualquier caso, Nowotny ha negado que el BCE vaya a comprar de nuevo deuda soberana con el actual marco jurídico.

Precedentes de bravuconadas fallidas
La baza a la desesperada de Margallo cuenta con el beneplácito de Rajoy, con el que le une una estrecha amistad personal, como apuntan a ELPLURAL.COM fuentes conocedoras de los entresijos de Génova. Ya en su momento su designación fue una sorpresa en el previsible Ejecutivo del presidente, que quería contar con un hombre de confianza y con experiencia en Bruselas para las arduas negociaciones que se avecinaban. Se le critica por su estilo cuartelario, y es que de momento no ha hecho sino provocar incendios diplomáticos: a los de estos días hay que sumarles precedentes tan serios como las inútiles advertencias contra la expropiación de YPF o las bravatas respecto a Gibraltar que no han hecho sino elevar la tensión con el Peñón y Reino Unido.

El ejemplo de la "próstata" de Franco
Ya nada más llegar al cargo, Margallo dejó impronta de sus formas cuando negó la embajada de Washington a Trillo –aunque finalmente le concedió Londres- al contar la siguiente anécdota: “Franco tenía una próstata extraordinariamente resistente y un general que no la tenía tanto se metió en el río con él y le preguntó, cuando ya no podía más: 'Mi general, he oído que yo podía ser ministro'. Y Franco le contestó: 'Pues yo no he oído nada'”.

Lo que Rajoy no le podía decir a Merkel
En cualquier caso la sintonía del ministro con Rajoy es muy alta, no hay que olvidar que el presidente, a pesar de su solicitud a la hora de acometer las directrices de Bruselas cuando se trata de recortar, tampoco es muy dado a las sutilezas diplomáticas –aquel mensaje de “aguanta que no somos Uganda” que según El Mundo mandó a De Guindos en plena negociación del rescate financiero lo hubiera el suscrito el propio Margallo-. El responsable de Exteriores no solo asume el papel más bravucón frente a otros ministros, sino también ante el propio Rajoy. Cuando el presidente viajó a Berlín para que Merkel diera el beneplácito a su reforma laboral, tuvo que afrontar el malestar generado por las palabras de su ministro de Exteriores criticando a la canciller por reaccionar siempre “un cuarto de hora tarde”. En presencia de Merkel, el presidente mandó aquellas palabras “a la historia”, pero en Berlín cundió cierta sensación de que su ministro estaba diciendo lo que él no se atrevía.

Un embajador de la marca España vinculado al empresariado alemán
Las relaciones con Alemania de Rajoy se han enfriado rápidamente desde que llegara al poder, y buena parte de las informaciones que le han fustigado en los últimos meses criticando su gestión económica y su propia lentitud han tenido origen en el Ejecutivo germanano. En esta dinámica de palo y zanahoria, Margallo cuenta con sus propios guiños a Merkel, y es que como informó ELPLURAL.COM, eligió como embajador de la imagen de España a un germanófilo bien relacionado con el empresariado alemán. Pero ante la dimensión de lo que se está jugando, parecen juegos de artificio que no han conseguido resultados tangibles y en Alemania la imagen del presidente ha continuado degradándose.

Preocupación menor ante la amenaza de intervención total
Otras fuentes conocedoras de la trayectoria de Margallo en Bruselas advierten de que a pesar de la estrecha relación con Rajoy, a veces actúa más por libre de lo que parece en sus acciones. En los mentideros políticos y periodísticos aledaños al Congreso se daba por hecho una crisis de Gobierno ante el rápido desgaste de su presidente o el de figuras claves como De Guindos y Montoro, que ofrecen además una continua imagen de enfrentamiento y descoordinación. Margallo aparecía en las quinielas como uno de los candidatos a asumir una vicepresidencia, quizá económica, con la que reconducir esas dos carteras claves, aunque sus precedentes y su estilo levanten suspicacias sobre su capacidad de solucionar conflictos. Pero si se consuma el rescate financiero del país, la crisis de Gobierno que pudiera planear Rajoy quedaría en papel mojado ante la convulsión que viviría la totalidad del Ejecutivo.