El reloj con la cuenta atrás judicial para el expresidente de la Comunitat Valenciana, Francisco Camps, está casi en cero. El próximo día 5 de noviembre está citado a declarar el último testigo dentro de la Pieza I del Caso Valmor, el que investiga el ‘pufo’ de la Fórmula 1 en Valencia. Una vez declare el vice interventor de la Generalitat tan solo faltará que la magistrada procese a Camps.

Esta pieza es solo una de las tres causas que Camps tiene actualmente abiertas en los juzgados valencianos. De hecho, también está imputado dentro de la causa que investiga las presuntas mordidas cobradas a través de los contratos de la construcción del trazado de la F1 en Instrucción 17, y por una pieza de la visita del Papa que no se instruye en la Audiencia Nacional (AN) sino en la capital del Turia.

Pero a todo ello hay que sumar que la AN ha decidido reabrir la pieza de Gürtel de los contratos menores después de que los cabecillas de la trama y el ex vicesecretario del PPCV, Ricardo Costa, aseguraran en juicio que era Camps quien ordenaba como financiarse irregularmente. Esta reapertura podría suponer la cuarta imputación del ‘Molt Honoratble’.

Valmor

Pero volviendo al caso Valmor, Camps debe su imputación a su mano derecha en la Fórmula 1, Belén Reyero. La declaración de esta mujer hundió por completo la estrategia del expresidente. Todo vino a raíz de un informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Financiera (UDEF) de la Policía Nacional que analizaba miles de correos electrónicos internos entre las personas que llevaron adelante el proyecto.

En aquella declaración incendiaria, Reyero no dejó lugar a las dudas diciendo que "la decisión de seguir adelante con la Fórmula 1 se la transmitió Francisco Camps", una afirmación que echaba por tierra la defensa de Camps basada en que no conocía cómo se organizaban los grandes premios, quien se encargaba de ellos ni los problemas por los que atravesaba desde el principio la empresa privada Valmor Sports, teórica organizadora del evento. Es más, la mujer declaró que Camps estuvo permanentemente informado, pues asistía a las reuniones en las que se decidió cómo se iba a organizar la F1, al igual que ella.

Camps

De hecho, la declaración de Reyero fue tan lapidaria que llevó a la magistrada del caso a dejar a Francisco Camps como único investigado dentro de esta pieza, pues supuso que la exconsejera Lola Jonhson, el expiloto de motos Jorge Martínez Aspar, la propia Reyero y el exdirector de Sociedad Proyectos temáticos Nicolás Figueres quedaran fuera del foco judicial tras casi cuatro años como imputados.

En esta pieza se centra en la creación del evento deportivo y mantiene a Camps como único imputado por delito continuado de prevaricación administrativa y de malversación de caudales públicos. El fiscal Anticorrupción, Vicente Torres, opina que está acreditado que Camps, en el ejercicio de su cargo, "llegó a un acuerdo verbal con Bernie Ecclestone para celebrar en València la F1 al margen de cualquier procedimiento administrativo y sin tener competencia como órgano de contratación".

El trazado

Sobre la otra causa que investiga la F1, tanto Reyero como Ricardo Costa han vuelto a señalar al que fuera su jefe como sabedor de todo lo que allí ocurría. En el caso de Reyero le aseguró a la magistrada Carmen García Mingo que Francisco Camps conocía todos los contratos que se concedieron a las empresas constructoras. Y aseguró que el expresidente “los revisaba y daba el visto bueno”. Esta declaración contradice el mantra judicial de Camps basado en que él solo se dedicaba a la política y que no sabía nada de contratos.

Los torpedos judiciales de Reyero son constantes y, uno de ellos fue cuando le dijo a la juez que, con respecto a los contratos adjudicados a las empresas Typsa y Ayesa “Camps sabía que iban a ser las adjudicatarias incluso antes de salir publicado en DOGV”, lo que supone un serio revés al citado mantra del "yo no sé nada".