Después de 14 días en paradero desconocido, la Casa Real anunció que el rey Juan Carlos se encontraba en Emiratos Árabes Unidos, país en el que el emérito ya era fotografiado el pasado 3 de agosto y en el que el monarca posee una amplia red de contactos, entre ellos Mohamed bin Salman, el príncipe heredero del país, con quien coincidió en una carrera de Fórmula 1.

El nuestro y otros países occidentales guardan una buena relación con el destino del monarca. Si seguimos la línea deportiva, uno de los ejemplos más cercanos a esto es la justificación por parte de los líderes emiratís y de algunos representantes españoles (como Isabel Díaz Ayuso o José Luis Rubiales) sobre la celebración de la Supercopa de España en este país el año pasado. Sin embargo,las informaciones, de distintos medios y organizaciones, apuntan a que en él se siguen restringiendo derechos y libertades fundamentales.

Libertad de expresión

El Gobierno de la zona tiende a callar las voces críticas contra la forma de hacer del Ejecutivo. De esta manera, el país árabe ha encarcelado a varios dirigentes como Ahmed Mansoor, un joven que escribió en redes sociales a favor de los derechos humanos en contra del trato que estaba recibiendo su padre en prisión y fue condenado a 10 años. Una vez en la cárcel se declaró cuatro semanas en huelga de hambre.

En la misma línea, el país sigue encarcelando a personas que considera "peligrosas" contra su orden: intelectuales, abogados de derechos humanos... 

La Agencia Reuters destapó, además, que Emiratos Árabes participó con Estados Unidos del Proyecto Cuervo, que mantiene como objetivo la supervisión de activistas de todo el mundo.

Machismo

A pesar de que muchos insisten en que el papel que desempeña la mujer es cada vez más parecido al del hombre, esto no es así, y es que las mujeres tienen una función totalmente secundaria y de dependencia frente al hombre. De esta manera, las mujeres de Emiratos Árabes están a merced de un tutor, no pueden acceder libremente el catálogo de estudios ni ciertos puestos de trabajos para los que "no están capacitadas". De hecho, más del 90% de las profesiones son desarrolladas por hombres y un 80% de las mujeres que logran estudios son incapaces después de encontrar trabajo.

Pero ésta no es la única medida discriminatoria que el país contempla para las mujeres. Así pues, tienen restringido el acceso sin un hombre a lugares públicos como piscinas, playas e, incluso, cementerios. Tampoco pueden maquillarse ni viajar o abrirse una cuenta bancaria previo permiso del tutor.

De la misma manera, hay actos como conducir que ,si bien no está prohibidos, sí que están mal vistos si los hace una mujer.

Tortura y pena de muerte

Muchas personas son detenidas de manera arbitraria, sin orden judicial y permanecen incomunicadas durante semanas o meses. En ocasiones se les somete a torturas e, incluso, a la pena de muerte, según Amnistía Internacional. La propia organización recoge el ejemplo de Murtaja Qureiris, un joven saudí que fue detenido en 2014 durante una jornada de protestas chiítas y previamente por participar de la Primavera árabe.

Inmigración

Los inmigrantes siguen ocupando una posición muy desfavorable con respecto al resto de ciudadanos. Durante mucho tiempo las personas migrantes han dependido íntegramente de su sueldo (normalmente inferior al de cualquier trabajador y que, en muchos casos ponía en peligro su acceso a la vivienda) para poder acceder a los servicios básicos. Además de su desigualdad salarial son habituales el retraso e, incluso la inexistencia de los pagos.

Aunque esta situación se da algo menos debido a la eliminación del patrocinio (sistema por el que se regía el país en materia de migración), las políticas en este sentido siguen siendo duras y derivan en ocasiones en multas imposibles de pagar.