Esperanza Aguirre despliega una intensísima actividad mediática desde que ha sido designada por el "dedo divino" (en sus propias palabras) como candidata del PP a la alcaldía de Madrid. Desde hace semanas despliega una actividad frenética que la convierte en protagonista diaria de los medios de comunicación por su innegable capacidad de ofrecer lo que más les gusta a los periodistas: titulares jugosos. Una comida con el grupo de periodistas denominado 'Peña del Cuarto Poder' y la última entrevista con Susana Griso en Antena 3, en la que cambió la bronca por la simpatía y los halagos a la presentadora, las últimas novedades.










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"No tengo tatuajes, para eso tenemos a Cristina Cifuentes"
Oficialmente han hecho las paces, de cara a la galería mantienen las formas, pero Esperanza Aguirre no lo puede evitar y su afilada verborrea se dirigió una vez más hacia la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que ofrece un perfil político opuesto al de la 'lideresa'. En la comida con el grupo de periodistas celebrada en un conocido restaurante madrileño muy frecuentado por dirigentes del PP, estuvo simpática, cercana y hábil según han contado algunos de los asistentes. Habló la candidata de lo enamorada que está de su marido, que los vaqueros que llevaba son "carísimos" pero el resto de la ropa de Zara, de lo que le gusta el deporte  especialmente el golf, que juega al bridge para ejercitar la cabeza, que le gusta el campo y estar con sus nietos, pero dentro de ese capítulo de comentarios personales para transmitir cercanía y empatía lo soltó: "No tengo tatuajes, para eso ya tenemos a Cristina Cifuentes". Una frase que puede ser un tratado electoral y que viene a decir que ella es auténtica, sencilla y que moderneces las justas.

Cerezo le envió una botella de cava a la mesa
Periodistas y política coincidieron en el restaurante con Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid y empresario vinculado de siempre al PP. Cerezo le envió una botella de cava a la mesa en la que Aguirre comía con los periodistas, además el empresario se acercó a saludarla, ella le cantó el himno del Atlético aunque dijo que "mi corazón es blanco". Cerezo y ella terminaron cantando el himno de Real Madrid y se fundieron en un abrazo. Todo eso a pesar de que Enrique Cerezo está envuelto en la polémica del famoso ático de Estepona de Ignacio González, con testaferro norteamericano compartido.

Bofetón a Montoro
Ella se lo puede permitir, probablemente sea la única candidata del PP que se ha atrevido a decir públicamente que no quiere a ningún ministro en sus mítines, así lo dijo en su entrevista en Antena 3, aunque faltó la pregunta decisiva: ¿Y a Mariano Rajoy? ¿lo llevará a sus mítines? En esta entrevista cambió la bronca por la simpatía y preguntada por uno de los tertulianos, Toni Bolaño, si llevaría a Montoro a sus mítines y que respondiera con la verdad respondió: "¿La verdad? ¡Yo siempre digo la verdad! ¡A ninguno!”.  Bofetón a todo el Gobierno en la cara de Montoro.
Entre promesas electorales desgranó otras frases impactantes, como que "Ana Botella ha hecho una gran gestión pero hay cosas mejorables", que "mucha gente piensa que el PP ha abandonado los principios del partido", defendió a Rodrigo Rato a su manera,  compensó la puya a Cifuentes y sus tatuajes afirmando que está segura de que ganará por mayoría absoluta, elogió al padre de Monedero (Podemos) y tuvo el lapsus del día: "El ayuntamiento de Barcelona volverá a la Casa Cisneros".