La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha prometido buscar “fórmulas imaginativas” para acabar con la crisis de Gobierno que se ha generado después de que Pedro Sánchez anunciase su compromiso de subir el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB. Este compromiso, adquirido en el marco de la OTAN, ha desestabilizado al Ejecutivo en un momento de debilidad: tras las elecciones andaluzas, entre ministerios se realizó una conjura unitaria para impulsar con mayor fuerza la agenda social hasta conseguir que penetrase en la sociedad y se rentabilizase en términos electorales; tras la celebración de la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid, los ánimos se caldearon hasta llegar a un grado de indignación notorio con la aprobación del Consejo de Ministros de un crédito de 1.000 millones de euros extra en Defensa.

Ninguna de las partes ha ocultado su enfado. La tensión ha derivado en un cruce de acusaciones públicas, a través de los medios de comunicación, entre ambos socios del Ejecutivo. Si hasta el momento era desde Podemos desde donde más se apretaba al conjunto del Gobierno desde fuera, utilizando un ‘perfil Pablo Iglesias’ para que sus voluntades tuviesen más recorrido, tras el crédito desestabilizador ha habido ‘quórum’ en la confluencia que conforma Unidas Podemos, con Yolanda Díaz ejerciendo de portavoz del enfado, así como del bloque de investidura, que no ha dudado en advertir que las negociaciones de los próximos Presupuestos Generales del Estado serán complicadas a tenor de las noticias que llegan desde Moncloa.

Este mismo miércoles, y como primera aproximación a un escenario de paz muy necesario en el Ejecutivo, la vicepresidenta segunda ha sido la encargada de prometer a los españoles un entendimiento que aún no ha llegado. De hecho, no será fácil: habrá que recurrir a “fórmulas imaginativas”, ha expresado Díaz, que constata así su voluntad de acuerdo 24 horas después de pedir una reunión urgente de la comisión de seguimiento del pacto de Gobierno rubricado por PSOE y Podemos al inicio de la legislatura. “Para dar un mensaje de tranquilidad a mi país sé que desde el cuidado que profeso a una coalición que quiero, el presidente y yo misma vamos a buscar todas las fórmulas imaginativas para alcanzar un acuerdo no solo acerca del presupuesto de Defensa sino en lo que a mí me interesa más: que las gentes de mi país no sufran”, ha manifestado.

Sobre el riesgo de una ruptura de la coalición que se ha venido alimentando por los medios de comunicación y la derecha en las últimas fechas, Díaz ha asegurado que la única fórmula ganadora para llegar con aspiraciones de victoria a 2023 es “más coalición”: “Lo que nos une es defender el país y estamos en esta fórmula. Más coalición que nunca ante el reto gigante hay que estar a la altura", ha enfatizado la vicepresidenta.

Un mensaje desde la trinchera de una economía que aprieta. La cesta del supermercado, el repostaje de gasolina y la factura eléctrica suponen un lastre electoral para la coalición. En el seno del Gobierno son conocedores de las dificultades que deberán atravesar en el año y medio de legislatura que resta, salvo adelanto de los comicios, para enfrentarse a una derecha que ya aprecia un cambio de ciclo fruto de los buenos resultados cosechados en las andaluzas.

El decreto que atrincheró a los socios

Fue este lunes cuando el Gobierno anunció su voluntad de aprobar un decreto de 1.000 millones euros extra para Defensa. Un paso adelante en su compromiso de ir reforzando la inversión militar pactada con la UE y la OTAN. Desde Moncloa, en un comunicado no exento de polémica, aseguraron que había entendimiento entre ministerios: “Todos los departamentos ministeriales fueron informados de la propuesta en la reunión de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios que se celebró la semana pasada. La propuesta fue estudiada y validada sin que se produjera ningún tipo de intervención en contra”.

“Tal y como anunció el presidente del gobierno, el gobierno va a cumplir con su responsabilidad y solidaridad para fortalecer la seguridad y la capacidad de disuasión europeas frente a la amenaza real que representa Putin. El presidente del gobierno ha sido claro y diáfano en relación al compromiso europeo de alcanzar el objetivo de gasto militar del 2% del PIB en 2029”, indicaban.

Sin embargo, esta promesa de unidad de acción se veía truncada cuando las preguntas se realizaban al entorno de Unidas Podemos. Minutos después de conocerse el anuncio, fuentes moradas próximas al Gobierno aseguraban que el crédito no contaba con el aval unitario, además de asegurar que, esta vez, toda la confluencia mostraría su rechazo de forma unitaria para condenar la deriva militarista emprendida por Sánchez.

Desde entonces, el cruce de acusaciones ha sido recíproco y ha ido escalando en grado de intensidad: del “no vivimos en un momento de flores y alegría” de Margarita Robles al “bizum para la guerra” de Jaume Asens. Del “eran conocedores” de Isabel Rodríguez” a la “preocupación” de Yolanda Díaz. De las “turbulencias” de Page a la reunión de la comisión de seguimiento del pacto de legislatura. Este miércoles, y tras dos días de socios atrincherados en sus posiciones, primer conato de una paz que no será fácil de conseguir: “Más coalición”.