Beatriz TalegónLa sociedad de consumo se fundamenta en los escaparates. La apariencia, la imagen o la percepción de las cosas, siguiendo el dictado de la finalidad establecida por el beneficio económico promovido por la competencia. Ciudadanos que se diluyen en los mercados y dejan de ser tales para convertirse en consumidores: todo pasa ante sus ojos, bombardeo de información, contrainformación, infoxicación. Hasta la idea que se tiene de las cosas está previamente diseñada en muchos casos con el fin de apagar o encender supuestas necesidades.

Entrar en el círculo de la producción conlleva la inmersión en el bucle vertiginoso que da poco espacio para pensar. El consumidor de bienes, información e ideas prefabricadas mira, engulle y se queja. Se queja de que la cosa no cambie, y vuelve al bucle que le tiene en cierto modo, preso y alimenta así el propio sistema que no soporta. A veces queda espacio para la duda: ¿Estará todo en cierto modo así planeado? ¿Hay manera de salir de la rueda?

Dentro del caos hay quien se organiza, quien se gestiona el tiempo para buscar un espacio donde compartir ideas, donde quejarse y hallar soluciones. Así, por ejemplo, AEGEE, el Foro Europeo de Estudiantes celebra encuentros como el del pasado fin de semana en Las Palmas de Gran Canaria, reuniendo a jóvenes de toda Europa para hablar, precisamente, del proyecto europeo. Sin premisas, sin guiones, con la mente abierta y las ganas de hablar absolutamente de todo lo que pueda plantearse. Y así compartimos inquietudes, buscamos respuestas a por qué en las últimas elecciones europeas solamente el 40% de los jóvenes acudieron a votar. Valoramos las cifras de desempleo juvenil que asolan Europa destrozando la energía necesaria para poner en marcha cualquier idea: la consecuencia más grave de tener una juventud sin perspectivas de futuro es la mentalidad que puede crearse. Afortunadamente en foros como el de AEGEE lejos de reinar el pesimismo, la participación cunde con buenos ejemplos de iniciativas comprometidas que buscan un alcance global.

Organizan charlas en Institutos y en Universidades, salen a la calle y se ponen a hablar con la gente para explicar la importancia de votar. No apuestan por ninguna opción política en concreto, hablan con libertad y respeto y no tratan de aleccionar a nadie. Simplemente les preocupa el compromiso que se está perdiendo y que traerá un vacío peligroso de seguirse perpetuando. Y curiosamente las iniciativas que llevan a cabo, sin más interés que el de informar y promover la participación ciudadana, no cuentan con la colaboración que debiera por parte de las Instituciones y organizaciones. Y esto debería hacernos pensar si verdaderamente se facilitan y potencian proyectos como éste y si de verdad cuando la gente se queja de la falta de información veraz es consciente de que muchas veces se rechazan propuestas interesantes sin ningún tipo de justificación. Sin lugar a dudas, aquí un llamamiento para que organizaciones como ésta puedan tener la visibilidad que se merecen, pues hacen un trabajo ilusionante, con rigor y compromiso por el bien común (http://www.aegee.org).

Fueron ellos los que en los años ochenta se pelearon por el Programa Erasmus, y consiguieron sus objetivos -esos de los que a día de hoy miles de estudiantes europeos se han beneficiado y que ha sido sin duda uno de los programas que más ha contribuido en la creación de la ciudadanía europea.

Al mismo tiempo, en Bilbao se reunían jóvenes también comprometidos con valores de igualdad, solidaridad y justicia social. Juventudes Socialistas de España trabajaba duro para debatir las propuestas que se plantearán en la Conferencia Política del PSOE en el próximo mes. Sobre la mesa proyectos para reformar la Constitución, para defender la educación pública y de calidad, la sanidad, un estado laico, republicano y federal. La participación necesaria y reconocida de los jóvenes desde los 16 años en la vida pública. De todo esto y de otras cuestiones han estado debatiendo cientos de jóvenes socialistas durante todo el fin de semana. La noticia fue una compañera que alzó la voz, símbolo de valentía y de expresión, que también se suma como valor al del trabajo realizado en las jornadas. Muestras todas de que hay una juventud comprometida, que trabaja con rigor y con ganas. Que no se calla y que se ocupa y preocupa mientras otros miran y se quejan. Ahí está la diferencia: quienes consideramos que es posible un cambio sabemos que hay que ponerse a trabajar y a hacerlo posible. Desde Foros como el de los Estudiantes europeos, como Foro Ético, así como desde organizaciones políticas como Juventudes Socialistas, plataformas y asociaciones. Lo importante es dejar de mirar y pasar a la acción. Sea donde sea, pero pasar a la acción. Es la única salida.

Beatriz Talegón es secretaria general de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas
@BeatrizTalegon