Uno de los más recientes debates celebrados en el Congreso de los Diputados tuvo por objeto la votación de la reducción de la jornada laboral. Mientras que el Gobierno y los socios a su izquierda se mostraban favorables a reducir por ley la cantidad de horas que los trabajadores dedican semanalmente al oficio, el PP, Vox y Junts unieron fuerzas para tumbar una iniciativa que hubiera supuesto un avance para los derechos de los trabajadores. En este sentido, los 'populares' y los neoconvergentes nunca han sacado pecho de ser adalides de los derechos laborales, pero Vox, por su parte, recurrentemente, ha alardeado de ser un partido que verdaderamente protege a la clase trabajadora a pesar de haber votado en contra de innumerables iniciativas que habrían mejorado la vida de los trabajadores de este país y que habrían incrementado la justicia social en general.

La lista es eterna. La extrema derecha, la misma que saca pecho de defender a la clase trabajadora, ha votado en contra de decenas de medidas de corte social y laboral. La última, la citada reducción de jornada de 40 a 37,5 horas semanales, pero aparte de ella, Vox ha votado en contra de las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), de la reforma laboral, de los permisos por paternidad y maternidad, y a favor de poder despedir a los trabajadores estando de baja. Estas negativas, únicamente en la parte laboral, porque la lista continúa en otros ámbitos.

En contra de todo lo que pueda mejorar la vida de la gente normal

Los de Santiago Abascal también han votado en contra de las ayudas a los agricultores, los mismos que aseguran defender a capa y espada y los mismos que sufren de primera mano las consecuencias de los aranceles impuestos a los productos españoles por el presidente estadounidense, Donald Trump, al que desde la ultraderecha española idolatran. Vox también votó en contra de las ayudas a los afectados por la DANA, sin que se tenga todavía una explicación convincente para aquella decisión, en contra de revalorizar las pensiones y en contra de las ayudas al transporte público para que los ciudadanos pudieran disfrutar de precios bonificados, en lo que respecta a las votaciones de prestaciones sociales.

En materia estrictamente social, la ultraderecha ha votado en contra de acoger a los menores extranjeros no acompañados (MENAs), a los que demonizan a cada ocasión posible, en contra de la Ley Trans por considerarla "ideología de género" y en contra de la Ley de Violencia de Género y el pacto de Estado de la misma índole, por el mismo motivo que la anterior y por preferir llamarla "violencia intrafamiliar". A su vez, Vox también ha demostrado en reiteradas ocasiones estar del lado de los estamentos más poderosos de la sociedad, algo que quedó atestiguado al votar en contra de investigar al rey emérito Juan Carlos I o de hacer lo propio con la Iglesia y los abusos acaecidos en el seno de la misma. 

La lista continúa. Los de Abascal también se mostraron favorables de reducir los impuestos a los más ricos, desincentivando así la recaudación de las grandes fortunas y en contra de la Ley de Memoria Democrática, que busca revisar la glorificación a la dictadura franquista que se llevó a cabo durante casi 40 años en España. También votaron en contra del Pacto Verde Europeo por estar en contra de las teorías de la existencia del cambio climático, que tachan de conspiración.

En definitiva, Vox ha votado en contra de todo lo que pueda mejorar la vida de las clases trabajadoras desde que tiene representación parlamentaria, a pesar de que en ocasiones quieran hacer bandera de que defienden los intereses de los trabajadores españoles.

 

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