El president de la Generalitat, Quim Torra, ha comparecido este jueves horas después de que se conociera la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) lo condenaba a un año y medio de inhabilitación por un delito de desobediencia al mantener la pancarta por la libertad de los presos y el lazo amarillo pese a la orden de la Junta Electoral Central (JEC).

Pese a reconocer la desobediencia en el juicio, el dirigente ha aprovechado el varapalo judicial asestado por el Tribunal de la Unión Europea (TUE) al Supremo tras reconocer la inmunidad de Junqueras en el momento en el que se le juzgó por sedición y malversación, siendo posteriormente condenado a 13 años de prisión.

“Mi inhabilitación solo puede ratificarla el Parlament de Catalunya. No se trata de darme un apoyo a mí, sino de ratificar que los presidentes no los deciden los tribunales politizados de este país. Se abre una puerta a la desmesura y el autoritarismo contra la libertad de expresión”, ha manifestado Torra, basando todo su argumentario en la politización de la Justicia española.

“Pedimos a Europa que se ratifique de forma previa a que se vulneren nuestros derechos. Mi confianza con la Justicia española es nula después de que el Supremo sentenciara con más de 100 años de condena a los líderes políticos independentistas (…) Hay que presentar un recurso para agotar las vías internas de la Justicia Española. Aquí se nos niega la justicia, y la pediremos en Europa”, ha proseguido, anunciando su decisión de agotar las vías judiciales para elevar la sentencia a la Justicia Europea: “Mientras en Europa vemos justicia, en España observamos represión. Nos encontramos ante tribunales políticos que juzgan con motivaciones políticas. Hoy se ha anunciado una sentencia política que solo tiene el objetivo de debilitarme. Esta injusticia es imparcial, partidista e injusta”, ha argumentado.

El president también ha tenido tiempo para valorar la sentencia del TUE sobre la inmunidad de Junqueras: “Se ha ratificado que Junqueras debería gozar de la inmunidad que le corresponde desde que salieron a la luz los resultados de las elecciones europeas. Pido la nulidad del juicio que se celebró en el Supremo, el archivo de las causas políticas, la excarcelación de los enjuiciados y que los exiliados puedan volver”.

Finalmente, amparándose en la defensa de la libertad de expresión, y en las reticencias del pueblo catalán con el Estado español, ha pedido a sus conciudadanos que “no renuncien a la defensa de la dignidad”. "A pesar de las palabras de diálogo, mi sentencia y mi condena estaba escrita. No desfalleceremos. Seguiremos defendiendo nuestro objetivo político, legítimo y mayoritario: una república catalana libre”, ha sentenciado, en clara alusión a Pedro Sánchez y las negociaciones que se están manteniendo con vistas a la investidura.